Descripción de la Exposición
Los cuadros de Paola Baertl contienen dos momentos: un paisaje de fondo que se revela solo parcialmente, y un entramado o tejido que lo envuelve y protege con la dicotomía propia que conlleva el hecho de cubrir; crea un adentro y un afuera, protege pero al mismo tiempo separa, impone una distancia y una barrera frente al mundo; una propuesta que contiene el drama insalvable del acto de dividir.
Pero al mismo tiempo un entramado es una metáfora de la comunicación y el vínculo, de la posibilidad de escapar del aislamiento, donde la forma única de cada conexión refleja también una relación única entre personas, lugares y cosas. Funciona también como un organismo compuesto por una infinitud de partes que conforman un todo complejo; un organismo que nunca revela sus límites, desbordando los cuadros hasta donde lo permita la imaginación del observador.
Del mismo modo, las piezas en cerámica son el resultado de un delicado proceso de fabricación, como si el entramado de los cuadros se hubiese materializado adquiriendo volumen y una existencia autónoma. Deben su forma a las fuerzas mecánicas de su construcción, y tal como la gravedad determina la morfología de los seres vivos, las piezas se cierran sobre sí mismas para crear un espacio interior que se comunica con el mundo circundante sólo a través de los vacíos creados por el tejido.