Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Es, sin duda alguna, la figura del rostro humano, su poder en cuanto parte simbólica más importante del cuerpo y en la que pueden leerse las marcas que la existencia deja en nosotros, lo que explica gran parte de la eterna fascinación por el retrato. Modelo y artista -así nos lo imaginamos- se encuentran en una estrecha relación mutua que es fuente de inspiración para ambos. Las ideas y el lenguaje visual del artista ejercen su influencia en el retrato de la misma manera en que los retratados obran sobre él. Por regla general, ese intercambio de interpretación e inspiración se entiende como interfaz creativa y productiva entre distintos caracteres. Con sus obras, Sabine Dehnel aporta una nueva contribución a este tema, pues, a diferencia de muchos de sus colegas, pone totalmente a disposición la capacidad de la fotografía para representar, es decir, como modo de referir a la realidad. A manera de espejos deformantes, sus retratos de mujeres, cautivadores y fríos, consiguen, ocultando más de lo que enseñan, desdibujar las fronteras de la percepción. Al fin y al cabo, en la mayoría de sus obras sólo vemos un torso, rostros que se esconden detrás del cabello, y hasta el clásico retrato de tres cuartos de perfil muestra la parte posterior de la cabeza. De ahí que, cuando intentamos expresar con palabras a quién vemos exactamente en esos extraños retratos, no tardemos en darnos cuenta de que es imposible sacar conclusión alguna sobre el cuerpo, el rostro, las señas personales o la actitud del retratado. En lugar de ello, nos vemos obligados a describir un objeto ficticio, concretamente, una imagen. Pero ¿no es posible también comprender a un ser aproximándose a su representación? ¿O no hay, detrás de la imagen, realidad alguna? ¿No es el retrato, reflejado múltiples veces, más bien singular aunque reproduzca el todo? Al parecer, así es, pues el observador nunca sabe a ciencia cierta si los cuadros muestran a una persona real o sólo la ropa o unos sombreros a los que se añade un cuerpo. En realidad, para ninguno de los retratos de Sabine Dehnel existe una referencia que no sea otro retrato. Y el observador se queda siempre en la duda, sin saber nada del modelo y su reproducción.
Pintura - Fotografía - Instalación
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España