En el caso del cuerpo humano, nuestra piel nos impide ver los órganos internos. Yo abro la piel del cuadro como un médico aparta las costillas para adentrarse en la cavidad torácica en una intervención quirúrgica; soy el cirujano plástico de la superficie del lienzo que dejo ver parte de las oscuras interioridades para ayudar a comprender la nobleza exterior de la parte más próxima al espectador. Coso y aproximo las superficies de la epidermis de la tela, como el sanitario cose una herida en un cuerpo lacerado, o abro y agrando esa herida según me lo pidan los equilibrios compositivos de la obra.

Mis cuadros están construidos sobre una fragilidad infinita, como el propio cosmos. Una tela exterior flotando a modo de tienda de campaña sobre el bastidor tradicional, como una segunda piel en la que acontecen los desarrollos ... de la obra a semejanza del planeta y sus accidentes geográficos. Este otro planeta-cuadro, planeta-lienzo, planeta-superficie está nada menos que intentando definir la creación y transformación perpetuas del mundo. Cada cuadro es un recorte de la totalidad, un pedazo de estrella.

Estas piezas están concebidas para ser examinados con un ángulo de visión de 180º, advirtiendo de esa forma como los planos que constituyen la obra, interseccionan entre sí, como se entrecruzan campos de distintos materiales y texturas, al tiempo que se puede observar como va variando su visibilidad según se desplace el observador. Son obras, diríamos de una aproximación o con un fuerte componente escultórico.

Hoy hay violencia, física y verbal, violencia por o tanto sobre la tela, desgarros y guerras en el planeta, desgarros en la superficie de la obra. Simboliza el mundo y la vida sobre el, el transcurrir de la misma, el universo que sigue formándose, retorciéndose, explotando por dentro y por fuera, cataclismos, terremotos, erupciones volcánicas. Distorsiones de la corteza terrestre, realidades traumáticas que sufre la tierra, los cambios, las adaptaciones, mutaciones, evoluciones. Todo esto acontece también en mis telas, nada es estático, todo está en equilibrio. Las obras no son más que una estructura donde poder injertar planos volátiles en los que prime el concepto aéreo o de flotabilidad, en ese fluir transitorio donde no se puede dar nada por sentado.