Descripción de la Exposición Cuando Tanizaki en su libro “El elogio de la sombra” condenaba a la sociedad occidental a la renuncia de los valores espirituales de lo añejo a favor de la vacuidad de lo nuevo y aséptico, representado en nuestros impolutos cuartos de baño de gres, pasaba por alto las individualidades que posee cada cultura. Aquí presentamos precisamente una de estas individualidades, pues manifiesta en sus creaciones, en la herrumbre de sus grúas o tanques contendores, la decadencia - el paso del tiempo - de ese mundo industrial que Tanizaki tanto denostaba. Pero Wenceslao Robles, lejos de formular un panegírico pro-industrial, nos presenta la imagen de un mundo de gigantes envejecidos, llenos de herrumbre de poderosas calidades plásticas, que nos habla de un prolongado uso o desuso, de abandono y de ausencia, de las huellas, de las mil historias que llevan en su caparazón de hierro. De una decadencia física que sigue, sin embargo, llevando un porte orgulloso en su grandeza, en la inconmensurabilidad de sus tamaños.
Aparece así en este artista un soslayo de lo místico y lo sublime evocando en nosotros sentimientos que un mundo utilitario trata continuamente de acallar. Y lo hace con un lirismo romántico de maestría asombrosa, de composiciones y técnica exquisita.
Al ver la obra aquí expuesta me pregunto si J.W.M. Turner o incluso Monet, en su entrada del tren en la estación de St. Lázaro, no fueron también encantados por la misma visión de Wenceslao. Sólo que Wenceslao sí ha visto la evolución de ese mundo industrial y las consecuencias de una banalización que ha llevado a la locura, por ello se ha parado en ver sus grietas inquietantes y evocadoras, y mostrando sus heridas que son las nuestras y lo que hemos vivido.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España