Descripción de la Exposición Las obras que integran esta muestra, compuesta por fotografías, pinturas, dibujos e instalaciones, sintetizan parte del trabajo de los últimos años de Juan Doffo. Se trata, en general, de obras de gran formato que surgen de distintas series e ideas. Amante de la filosofía, el artista parte de ideas que vinculan la naturaleza con diferentes aspectos de la cultura. Es por ello que cada obra, más que un hecho visual, se transforma en metáfora; en puente para cruzar a otros destinos poéticos cargados de significación. En esta exposición se exhiben pinturas de distintas series; algunas de ellas hablan de abismales estructuras inspiradas en los hornos de ladrillos de su pueblo natal pero también en el Panteón romano de Agripa, una de las primeras construcciones arquitectónicas que, con la pesadez de la materia, intentó emular la liviandad de la bóveda celeste. Las estructuras arquitectónicas suelen tener un lugar destacado en muchas de sus pinturas ( Rió de fuego, El latido del fuego, etc.). No es fortuito que al artista siempre le inquietaron las perspectivas imposibles de Piranesi y las arquitecturas Étienne-Louis Boullée. Doffo sabe que el módulo geométrico del ladrillo es unas de las primeras herramientas intelectuales del ser humano cuando deja las cavernas y empieza a construir sus hábitats. En esta serie de obras, donde los cielos están construidos con la pesadez de la materia, posiblemente intenta decirnos que lo que llamamos 'realidad' es más una construcción de la mente del hombre que un hecho natural. Otra de sus series pictóricas se vincula con el ordenamiento del cielo. Pinturas como Los cuatro cielos del hombre encierran espacios que a su vez contienen otros espacios casi infinitamente teniendo reminiscencias de la literatura de Kafka y de Borges, como así también una frase de Hermes Trismegisto: 'existen varios mundos pero todos están es éste'. Algunas pinturas que tienen al árbol como lei-motiv, fueron inspiradas en su vivienda dentro de un bosque cercano a su pueblo: un espacio dantesco compuesto de árboles altísimos por donde filtraba la luz con toda intensidad. El artista asoció esta experiencia con la mitología celta para quienes el árbol es el primer ser vivo que sus dioses pusieron en el planeta, y al igual que los hombres, tienen sus raíces en la tierra y sus brazos se extienden hacia el cielo. También recordó una de las creencias de la mitología hindú para la cual el árbol tiene las raíces en el cielo y las ramas en la tierra. Considerando estas reflexiones el artista ha vinculado cada pintura con lo psicológico, lo afectivo, lo intelectual, cualidades inherentes al ser humano. Sin duda, en esta serie, los árboles ocupan la mayor parte del espacio de sus paisajes reemplazando al ordenamiento de estrellas de otros períodos creativos de Juan como así también las bóvedas de ladrillos. Si bien conceptos filósofos y pictóricos vinculados con el cielo y la tierra han formado parte de su iconografía desde sus comienzos en el arte, hoy, en una reciente serie de trabajos vuelve a presentarlos como múltiples y breves arquitecturas en forma de fragmentaciones que integran y desintegran el espacio. Hay un crecimiento acumulado en su pensamiento que se presenta en superposiciones de formas, lineas, huellas del giro de las estrellas, texturas y planos. En estas obras la atmósfera se condensa en innumerables formas que se mueven en ese constante movimiento arriba-abajo ('arriba es como abajo' reza la tradición de la antigua filosofía hermética) como si fueran seres abstractos que se suspenden en el espacio infinito de la llanura sin obstaculizar la visión del paisaje siempre presente. La fotografía como soporte apareció en la historia de Doffo apenas llegó a Buenos Aires en 1971. Al comienzo el artista las utilizaba como registro y documentación de imágenes de su tierra natal. Luego la fotografía se convirtió en otro soporte valioso para concretar ideas visuales. En años recientes comenzó un proyecto específico, que aquí se exhibe en parte, en el que prioriza imágenes de fuego, con toda su simbología, que ya estaban presentes muy anteriormente en sus pinturas. Estas fotografías fueron realizadas con la colaboración de la gente de su pueblo y actúan dentro del paisaje modificándolo. A la manera de producciones cinematográficas, el artista busca las locaciones adecuadas y prepara verdaderas puestas en escena para realizar las tomas. Entonces estas intervenciones, con el paisaje y la gente, se convierten en performances, notables eventos colectivos donde lo ritual y lo ceremonial ocupan un lugar central. Para no dejar duda del contacto vivencial con el tema tratado, todas las fotografías están tomadas directamente con cámaras analógicas de formato medio y las impresiones son copias de contacto sin ningún tipo de intervención digital.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España