Descripción de la Exposición
En Europa la reflexión sobre la experiencia del paisaje comenzó en la pintura y la poesía al principio de la época moderna, un milenio más tarde que en China. Hasta tal punto es importante la pintura de paisaje que para el geógrafo Augustin Berque se trata de una de las cuatro condiciones que permiten hablar con propiedad de la existencia del concepto de "paisaje" en una cultura. La mayoría de los autores sitúan el origen del descubrimiento de la belleza paisajística en los Países Bajos; Jacob Burkhardt, que lo localiza en la Italia del siglo XIV, entendió en ese origen la respuesta a las coincidencias de dos nuevos enfoques: la contemplación estética y la investigación empírica de la ciencia moderna. Hubieron de pasar muchos años todavía para que la filosofía mostrara interés en reflexionar sobre los temas estéticos en torno al paisaje pues, como anota Jörg Zimmer, no había necesidad de contemplar la naturaleza a través de la experiencia estética de una persona; de lo que se deduce que el descubrimiento estético del paisaje implica necesariamente un autodescubrimiento del sujeto autónomo. No obstante, advierte Zimmer, la relación del ser humano con la naturaleza no es solamente estética sino que será una relación real reflejada en su reflexión sobre el paisaje. Berque insiste en la misma idea: el paisaje no está en la mirada sobre los objetos, está en la realidad de las cosas, es decir en la relación que establecemos con nuestro entorno. Bien lo supo el médico, naturalista y pintor Carl Gustav Carus cuando, sobre sus paseos en compañía de Caspar David Friedrich, escribió que a pesar de dibujar el mismo elemento era notorio "lo infinitamente diferente que puede ser el modo de ver un mismo objeto por parte de dos espíritus distintos, aun siendo ambos del todo fieles al natural".
La indefinición del propio término "paisaje" guarda estrecha relación con el lugar indeciso que el género del paisaje ocupó en los tratados de pintura, y así lo señala Javier Arnaldo en la introducción a las Cartas y anotaciones sobre pintura de paisaje de Carus: desde Alberti el paisaje era considerado como un género menor; por el contrario Joachim von Sandrat, en su tratado de 1675, aseguró que figuras e historias eran elementos accesorios, una reflexión que continuó Roger de Piles en 1798, cuya aportación resultó decisiva en la definición de la autonomía del paisaje. En 1809 Carl Grass denunció en su artículo "Algunas observaciones sobre pintura de paisaje" el escaso conocimiento de los artistas que practicaban el género de pintura de paisaje. "¿No es la pintura de paisaje precisamente aquella en la que tanto queda por hacer, y en la que, si no se abren nuevos caminos, el genio debe andar, pese a todo, su propia senda?".
Las reflexiones teóricas y visuales sobre el paisaje centran la actividad de La Casa Amarilla. Con el ánimo de aproximarnos a la actualidad de la pintura de paisaje, la actual exposición reúne a cuatro artistas que, como aconsejaba Grass, caminan por su propia senda y abren nuevos caminos.
Louisa Holecz (Londres, 1971) no tiene especial interés en representar fielmente en su pintura la visión exterior del territorio, sino proyectar en él sus ideas y ensueños que le permitan participar y reconocerse en el mundo. Vislumbres de lo real llama Pablo d'Ors a los momentos fugaces pero indubitables en los que captamos quiénes somos y para qué estamos en el mundo. Louisa Holecz aún aspira a más con su pintura, porque siente, como Schiller expresó en su ensayo Poesía ingenua y sentimental, que "las formas de la naturaleza son lo que nosotros fuimos: son lo que deberíamos volver a ser".
"Te oculta un Bosque entero" es el primer verso de uno de los poemas que escribió el padre de Lina Vila (Zaragoza, 1970). Huertos y jardines dan testimonio de los inicios de la vida sobre el planeta y nos permiten soñar con el misterio de los orígenes, ha escrito Michel Baridon, para quien la decisión de Eva y Adán de excluirse del jardín del Edén quizás se debiera a su deseo de ser libres para hacer tres grandes cosas: sellar la unión de las personas con la naturaleza, abrir el proceso del conocimiento y poner en marcha el tiempo. Lina Vila pinta huertos y jardines, hierbas y flores, elementos centrales de sus obras donde, en ocasiones, la narración se precipita.
Ser bosque, activar la mirada crítica, nunca ocultarse. Hay bosques allí donde somos bosques, allí donde somos ingobernables. Los bosques que Sylvia Pennings (Ámsterdam, 1961) pinta o dibuja son escenarios de reflexión. ¿Cómo abordar el progresivo desinterés por conceptos tales como la intuición, la duda o el aprendizaje, ante el dominio progresivo de las posibilidades que brindan los dispositivos de conocimiento inmediato más avanzados? La única respuesta para Sylvia Pennings es regresar a los bosques, lugares sagrados y escenarios de narraciones y relatos que cuentan nuestra historia olvidada, refugios que permiten la desconexión, e invitan a volver al origen y ser partícipes del vínculo que nos une a lo natural.
El cine ha explorado la posibilidad de colonizar nuevos planetas cuando agotemos el nuestro. La ciencia también, aunque con menos éxito. En medio del espacio oscuro, frío y vacío, en el que nadie puede oírnos gritar, los científicos han detectado el primer exoplaneta, conocido como K2- 18b, con vapor de agua en su atmósfera, a una distancia de 111 años luz de la Tierra. A falta de imágenes, Fernando Romero (Teruel, 1983) pinta Orografías de lo invisible, una secuencia de representaciones especulativas y aleatorias de un territorio desconocido que en su formulación remiten a lo conocido, la tradición paisajista occidental. [Chus Tudelilla]
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España