La muestra hace alusión al término “pintura de género” que consiste en la representación pictórica de escenas de la vida cotidiana. Esta categoría dentro de la historia del arte y su jerarquía académica, es considerada de un grado menor, junto con el paisaje y el bodegón, mientras que a los motivos históricos se le reconoce con alto mérito. Es a raíz de esta premisa, que la artista presenta un conjunto de pinturas que evocan un imaginario de los deseos sin canon, las cotidianidades perdidas y el sueño de una lengua común. La técnica de las obras es mixta, abarcando óleo, gouache, pastel, pigmento, grafito, entre otros.