Descripción de la Exposición
PINTURA Y JUEGOS OLIMPICOS EN LA OBRA DE PECHARROMAN
Cuando uno reflexiona sobre el deporte en la Historia del Arte, de inmediato vienen a la memoria los dibujos y pinturas de las vasijas griegas, donde los artistas helénicos narraron con maestría su vida cotidiana y las hazañas deportivas de sus celebres Juegos Olímpicos. También la estatuaria dejo ejemplos rotundos de la actividad deportiva, como el sublime Discóbolo de Mirón. Y es que los griegos, padres de nuestra civilización, se tomaron el deporte con la misma filosofía que Pío Baroja vio en los antiguos británicos cuando afirmaban en Las horas solitarias que – hay que tener ese fondo de candidez, de seriedad y de alegría que tienen los ingleses para tomar el deporte como una cosa seria, importante y divertida -.
Cuando nos acercamos ya a nuestro siglo observamos que el deporte ha sido tomado como un excelente pretexto para el movimiento entre futuristas italianos e incluso para el empleo del color en la larga serie de futbolistas que pinto por ejemplo Nicolás de Stäel, de la escuela de Paris. Casi siempre ha sido el mundo deportivo el que ha convocado a los artistas plásticos para ilustrar su vida. Incluso cuando pintores de la talla de Vlaminck, Braque, Ives, Klein y Ozenfant, que fueron buenos deportistas cuando eran jóvenes, en ciclismo, boxeo, judo y carreras de coches respectivamente, parece como si la vida deportiva no hubiera suscitado en ellos la suficiente vis creadora. Solo Thomas Eakins, americano y Eberhard Stroot, alemán, han abortado, después de sus carreras olímpicas, el deporte como tema pictórico. Las Bienales y exposiciones de arte sobre el deporte se convocan básicamente por las instituciones o acontecimientos deportivos, mientras que en muestras habituales de arte resulta atípico encontrar la iconografía del deporte.
Ricardo Pecharromán se reto a si mismo desde el momento en que se supo que Barcelona iba a ser la capital olímpica de 1992. Amante e interesado por el deporte, ha querido llevar a cabo una serie cerrada, que recogiera en 30 cuadros de gran formato los 28 deportes olímpicos y los dos de demostración – jockey sobre patines y pelota- que iban a competir en la Ciudad Condal. En esta ardua tarea ha invertido el trabajo de dos largos años, donde toda su energía se concentraba en el estudio, el análisis y la reflexión sobre los distintos deportes y la manera artística de plasmarlos. El resultado es un esplendoroso friso pictórico, donde el ritmo y el color refulgen con maestría expresionista. El artista ha buscado la esencia de la forma y el brío del ritmo y movimiento de cada deporte, para llevarlo al lienzo. Sin perder la figuración del tema, en un deseo testimonial, pero con una interpretación, libre, fresca y joven. Pecharromán ha logrado un inteligente equilibrio entre figuración y abstracción. Sus deportes olímpicos, lejos del cartelismo, son así pintura de un vibrante cromatismo, donde la representación de cada deporte se hace de modo jovial, audaz y firme al mismo tiempo.
La Serie Olímpica de Pecharromán se inscribe dentro de un expresionismo latino, subjetivo, con acentos lúdicos y humorísticos, donde la ironía hace sus incursiones. Desde el punto de vista matérico, se trata de cuadros bien empastados de óleo sin aditamentos ni adelgazantes. Desterrado el negro, el pintor toma los azules cobalto y ultramar como gama unificadora de fondos. Es el azul de las marinas, del dulce mediterráneo clásico que baña la primera Villa Olímpica con mar que acoge unas Olimpiadas.
José Antonio Lisbona
Exposición. 11 abr de 2025 - 28 sep de 2025 / Museo Guggenheim Bilbao / Bilbao, Vizcaya, España
Formación. 08 may de 2025 - 17 may de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España