Entresiglos es el título de una exposición en la que la intención del artista ha sido hacer un recorrido por su propia pintura; así el espectador tendrá la ocasión de contemplar un conjunto de obras tridimensionales junto a otras mucho más sucintas en las que se sintetizan los volúmenes y las figuras se componen a base de simples trazos llenos de color. Junto a éstas, las últimas creaciones del polifacético artista: unos cuadros formados a partir de capas superpuestas que no hacen sino poner de manifiesto que la tremenda capacidad de creación kikeriana se conjuga a la perfección con un extraordinario dominio del dibujo.

Desde el punto de vista compositivo se podrán encontrar los temas más característicos del artista, como los soplaflatas, payasos, arlequines... alegóricos de la fuerte ironía que invade todos sus cuadros. ... A éstos se incorporan hombres de bien con oscuros pensamientos, alusiones a los años de crisis, referencias a la sociedad del momento y, como no, homenajes a escritores admirados como Goytisolo.

Sin embargo Kiker no se limita sólo a la pintura y, como era de esperar en la cita anual con su galería de referencia, Van Dyck, mostrará sus esculturas más sorprendentes, casi todas ellas, fruto del trabajo de la madera que tan ampliamente domina. Entre las más llamativas, una cabeza-estuche, una custodia de violín que alberga una burlesca figura humana o un maniquí con piel de arlequín que hace un guiño a ese mundo del arte y del espectáculo al que Kiker se siente tan ligado.

Y por último, junto a la pintura y la escultura el artista incorpora en esta exposición el arte de la cerámica en el que, al igual que hicieron los artistas más emblemáticos del siglo XX, plasma toda su creatividad en unas singulares tazas diseñadas, modeladas y pintadas por él.

Con todo esto, más de 50 obras de todos los tipos y en todo tipo de formato, desde las piezas más grandes de 2x2 m hasta pequeñas piezas, sueños de coleccionista, de 15x15 cm, que podrán verse desde el 9 de abril hasta el 3 de mayo del presente 2010.

Ironía, crítica y sátira unidas en una exposición antológica que Sala de Arte Van Dyck dedica, por su buen hacer, a uno de nuestros indiscutibles mejores artistas.