En el trabajo de Rubén Rodrigo siempre ha existido una tendencia a la improvisación y a la búsqueda de las imágenes a través de procesos en los que intervenga cierto azar controlado. El azar, el misterio y una determinada cualidad táctil, siempre relacionada con la levedad, han estado presentes en su obra desde el principio.
Para #LaParedRojaDeLaFábrica ha creado una serie titulada
Piel de Hiena.
Parte de un trastorno propio Obsesivo-Compulsivo llamado Dermatofagia, que consiste en morderse, arrancarse y a veces comerse la propia piel. Es un trastorno de control de los propios impulsos que se genera a edades muy tempranas como respuesta a situaciones estresantes.
En este trabajo trata de conectarse a este trastorno a través de la pintura, arrancándola de soportes en los que queda adherida. Al usar un material como los acrilatos o vinílicos la pintura tiene una cualidad flexible y pegante, lo que hace que podamos despegarla de un cristal,...el cubo en el que preparamos los propios colores, o incluso nuestra propia paleta. Los registros que se generan son prístinos y de una belleza y caos singular.
Entrada actualizada el el 18 oct de 2016
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