La piel es una superficie que modifica la manera como interactuamos en la sociedad, una fachada que a menudo se condiciona a percepciones colectivas como lo es el género, masculino o femenino, clasificación basada en doctrinas socioculturales que interfieren en el desarrollo de la identidad de cada individuo. Esta serie fotográfica explora la idea de exceder los limites de la silueta del cuerpo mediante la elasticidad, con el fin de desvincular al ser humano del sistema binario de género y otorgarle una resignificación desde la ambigüedad. El resultado, una nueva silueta humana, lograda a partir del estiramiento de las extensiones corporales, que tensionan la piel para crear nuevas dimensiones andróginas, teniendo como resultado una neutralidad de siluetas mórbidas y pieles con texturas elásticas que se licuan y diluyen homogéneamente sobre el cuerpo.