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Picasso, además de ser el artista más fotografiado de la historia, puede considerarse como el artista más importante del siglo XX capaz de utilizar todos los medios técnicos y expresivos, revolucionando sus límites y abriendo caminos nuevos en técnicas tradicionales como la pintura, la escultura o el grabado, y a la vez explorando las posibilidades de otros campos como el de los objetos encontrados, la escritura poética y por supuesto la fotografía. Picasso registró fotográficamente casi la totalidad de su obra, lo que ha permitido la realización de estudios exhaustivos de todos sus periodos. Para ello utilizó todas las técnicas pioneras de la fotografía, desde el cliché verre, al heliograbado o el fotograma. Si no desarrolló más su propio trabajo en el campo ... de la fotografía fue, según sus propias palabras, por el engorro técnico que no le permitía la suficiente libertad en los procesos.

La otra faceta fundamental en la relación de Picasso con la fotografía la constituyen los retratos del artista que forman una verdadera fotobiografía. Como dice Anne Baldassari no se trata de la vida afectiva ni efectiva del artista, sino de la creación de un nuevo sujeto: el artista moderno. El bohemio, el salvaje, el creador insaciable, el triunfador rodeado de intelectuales, el descamisado a la puerta de su castillo, se trata de imágenes que constituyen un mosaico icónico para la posteridad. Así, Picasso fue fotografiado por todos los grandes fotógrafos de su época: Man Ray, Brassaï, Dora Maar, Lucien Clergue, Villiers, pero muy pocos fotógrafos españoles pudieron hacerlo.

La Caja Negra presenta para cerrar la temporada, una selección de fotografías, grabados y carpetas que reflejan algunas de estas incursiones de Picasso en la fotografía así como un conjunto inédito de fotografías de Picasso tomadas por Antonio Cores.

Picasso, 2007: Carpeta con 13 fotografías inéditas de Antonio Cores

Durante la primavera del año 1966, el fotógrafo Antonio Cores realizó un conjunto de instantáneas del artista. Estos negativos permanecieron guardados en una caja y no han aparecido a la luz hasta el pasado año. El encuentro entre artista y fotógrafo fue propiciado por el torero Luis Miguel Dominguín, amigo de ambos y sucedió en Mougins, Cannes y Vallauris. Este conjunto de fotografías inéditas tiene un importante valor documental al registrar obras, procesos de trabajo y la propia imagen del artista y de su entorno. Las fotografías fueron tomadas en tres escenarios. El primero es el Museo Picasso de Antibes y en ellas destaca la presencia del tapiz titulado El Minotauro y una serie notable de grabados. Entre los personajes que aparecen en estas imágenes cabe señalar al fundador del Museo, Dror de la Souchère, su esposa Blanche, Jacqueline, el propio Dominguín y Lucía Bosé.

El segundo escenario es el taller de cerámica Madoura, en Vallauris, donde Picasso desarrollaba un importante trabajo en el campo de la cerámica desde el año 1947. Este lugar encantaba a Picasso ya que, aunque había sido edificado en el siglo XVII, sus instalaciones ocupaban el mismo espacio que desde la Edad Media sirvió a generaciones de maestros ceramistas. Entre las fotografías tomadas por Cores en el piso superior del taller de Vallauris hay que destacar la tomada delante del retrato realizado por Jacqueline Roque a mediados de los años 50, y que desde entonces siempre figuró en el salón principal de cada casa habitada por el artista hasta su muerte.

El tercer escenario reflejó un momento de encuentro de grandes personalidades. Alfonso Palacios lo describe así: “el fotógrafo ha relatado cómo un día Picasso le dijo que quería presentarle a alguien, para lo cual había organizado una cena en el restaurante chino de Cannes, al que solía ir a menudo. Cores vio en esta cita la posibilidad para que uno de sus más estrechos amigos, el bailaor Antonio Gades, que en aquel momento se encontraba alojado en el Hotel Martinez de la localidad francesa, pudiera conocer al maestro… El caso es que cuando Picasso, Luis Miguel Dominguín y Cores llegaron al restaurante, en una mesa de al lado estaba Gades con su troupe. Por otra parte, allí se encontraba también, esperándolos en otra mesa, la persona que Picasso quería presentar a Cores: Rafael Alberti….y el resultado fue una fiesta que se improvisó en el mismo comedor.”

La edición de esta carpeta ha estado a cargo de la Galería Vertice de Oviedo.

Picasso. Toros, toreros et centaures, 1982: Carpeta con 45 fotografías de Lucien

La afición de Picasso a los toros es de sobra conocida, tanto por sus valores mitológicos, estéticos como populares. El mundo de los toros como el de los cantaores, tan español, fue disfrutado y recreado por el artista que conoció personalmente, además de al citado Dominguín, a otros maestros como Antonio Ordóñez, Domingo Ortega, Chamaco, Antonio Bienvenida o Curro Girón. Durante varios años se celebraron en Vallauris corridas de toros que se convertían en acontecimientos sociales alrededor del artista y su círculo de amigos intelectuales, para las que el mismo Picasso realizaba un grabado al linóleo que anunciaba la corrida de cada año. A través de sus ilustraciones para la tauromaquia de Pepe Hillo y de sus obras dedicadas al tema, Picasso reconstruyó los aspectos sociales y populares alrededor de la fiesta de toros aprovechando la intensa afición a las corridas existente en el sur de Francia. Lucien Clergue fotografió en numerosas ocasiones estas corridas y con ellas compuso la carpeta Picasso. Toros, toreros et centaures que refleja este momento.

Diurnes, 1962: Carpeta con 30 découpages de Picasso sobre fotografías de André Villiers

El proyecto más experimental del artista en el campo de la fotografía lo constituye la carpeta Diurnes realizada en colaboración con el fotógrafo André Villiers y para la que escribió un texto el poeta Jacques Prévert. Se trata de la impresión de una serie de découpages realizados por Picasso sobre fotografías de Villiers. Utilizando una gran libertad asociativa, el artista recorta perfiles y siluetas donde aparecen repetidamente Jacqueline, animales y personajes de la mitología del artista sobre imágenes de paisajes y elementos naturales. El título Diurnes del latín diurnus – cotidiano- refleja un trabajo fascinante en el que Picasso se adentra en la fotografía aprovechando los experimentos surrealistas en este campo.