En la esfera pública, las fotografías operan en modo declarativo, dejando poco espacio para la duda. Parece que transmiten los hechos del momento capturado, quién, qué y dónde, con una claridad que vincula inevitablemente la fotografía con un ejercicio de poder. La tecnología fotográfica asume una relación asimétrica: la persona que hace la imagen o la red que permite su circulación determinan su significado, mientras que la persona que la ve acepta pasivamente ese mensaje. En manos de gobiernos y corporaciones, la fotografía ha ayudado a construir un campo expansivo de imágenes visuales que define las relaciones de poder como naturales, caracteriza ciertas identidades públicas y personales como apropiadas y considera que las interpretaciones específicas de la experiencia histórica son veraces. Lo que no se representa y disemina en masa a través de la luz deslumbrante de la visibilidad extrema, por el contrario, disminuye hasta el punto de casi desaparecer.
Los...trabajos presentados en esta exposición son interrogativos en lugar de declarativos, lo que contradice los regímenes de poder que han naturalizado y popularizado el uso de la fotografía como un medio para rastrear y controlar el mundo en general. Estos artistas exacerban hasta el punto de las imágenes de parodia promovidas como verdades a priori o comparten ideales o empobrecen estas visiones para exponer su contingencia. Ambas estrategias hacen que la fotografía sea política.
Entrada actualizada el el 04 abr de 2019
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