Descripción de la Exposición El dibujo es la expresión artística más antigua de cuya existencia tenemos constancia testimonial. Como es sabido, la técnica del dibujo se utilizaba ya en la Prehistoria para la representación de animales con una finalidad mágica. En la Edad Media el dibujo se utilizaba como medio de expresión auxiliar para la ilustración de manuscritos y como base preparatoria del grabado. A partir del siglo xv la técnica del dibujo se consolidará como forma de expresión artística autónoma con valores propios que, con Durero, llegará al más alto grado de calidad y perfección. Progresivamente, las técnicas de dibujo se irán enriqueciendo, y en el siglo XVIII se empleará con frecuencia el pastel 'a medio camino entre el dibujo y la pintura' y la sanguina. Sin embargo, las obras creadas con esta técnica 'humilde y delicada por naturaleza' han sido y siguen siendo injustamente consideradas obras menores en relación con las otras formas de expresión plástica. A Àlvar se le conoce sobre todo en su faceta de pintor. Pero también es un extraordinario dibujante, como queda manifiesto en el conjunto de dibujos que integran esta exposición. En prueba de lo dicho anteriormente, citaremos que en la exposición 'El dibuix a Catalunya. 100 dibuixants que cal conèixer' (El dibujo en Catalunya. 100 dibujantes que hay que conocer), celebrada hace cuatro años en el Museo Diocesano de Barcelona y en el Monasterio de Vilabertran (Girona), se incluía un dibujo de Àlvar. La muestra era una especie de antología del dibujo realizado en Catalunya desde la primera mitad de 1800 hasta la actualidad, para la cual se seleccionaron dibujos de 100 artistas catalanes considerados también como los más destacables dibujantes de ese período. Para Àlvar el papel es un soporte idóneo que le permite trabajar con una gran libertad. Según sus propias palabras, dibujando se siente muy cómodo. Sus dibujos están siempre muy reflexionados y trabajados (incluso cuando se trata de un dibujo previo para la realización posterior de una pintura o de una litografía), y desde un punto de vista estético son extremadamente delicados. Con escasos recursos técnicos -utiliza un único lápiz- alcanza un nivel de 'virtuosismo' sorprendente. En muchos de sus dibujos la composición es densa en imágenes pero ligera y equilibrada al mismo tiempo. En otros, en cambio, los elementos en los que se basa la composición son menos numerosos, dejando ver algunos espacios blancos del papel sin trabajar que, a primera vista, podrían producir un falso efecto de obra inacabada. Este recurso estético aporta al conjunto, sin embargo, una gran serenidad y exquisitez. Para la realización de sus dibujos, Àlvar emplea habitualmente papel Arches y papel Japón nacré; este último de mayor complejidad técnica ya que, por su delicada textura, requiere una mayor destreza. En su dilatada trayectoria artística, Àlvar sigue siendo fiel a su lenguaje plástico aunque, conceptualmente, su obra ha evolucionado sustancialmente en los últimos años. En esta nueva etapa emerge un potencial latente. Las obras mantienen su sereno lirismo pero el contenido discursivo de las mismas es más crítico, más intenso y más rotundo. El espacio pictórico de sus obras recientes mantienen el rigor constructivo que siempre las ha caracterizado, pero ahora el discurso narrativo que ordena toda la composición es mucho más complejo. Progresivamente Àlvar ha ido abandonando algunos de sus habituales temas o les ha dado un nuevo sentido. Ahora discurren por un nuevo cauce, aunque no se trata de un cambio de estilo, sino más bien de una actitud vital distinta. La temática actual de sus obras gira reiteradamente en torno a una doble reflexión sobre la idea del tiempo, de la persistencia en el tiempo: el tiempo entendido en un sentido físico, representado plásticamente con la imagen del reloj en una clara referencia al paso de las horas, los días, los años..., y el tiempo entendido en un sentido más metafórico para referirse a la idea de que lo que está bien hecho persiste en el tiempo una generación tras otra. Àlvar resume esta idea con una frase que repite a menudo: 'El tiempo no perdona aquello que se ha hecho sin él'. Partiendo de esta segunda reflexión, se sirve de ella para rendir homenaje a la pintura de tres indiscutibles grandes maestros pertenecientes a distintas épocas por los que Àlvar siente una especial admiración: Piero della Francesca, Vermeer y Balthus, sus tres principales referentes pictóricos. En sus obras recientes, por ejemplo en el dibujo titulado 'Qui suis-je', que puede verse en esta exposición, aparecen abundantes referencias literarias e imágenes alusivas a los tres pintores, en un complejo discurso narrativo que relaciona imágenes e iconos que dialogan y vinculan entre sí el pasado con el presente, lo real con lo imaginad
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España
Formación. 16 nov de 2024 - 17 nov de 2024 / Bizkaia Aretoa / Bilbao, Vizcaya, España
La mirada feminista. Perspectivas feministas en las producciones artísticas y las teorías del arte