Descripción de la Exposición Tras la exposición en la Fundación Antonio Pérez de Cuenca, el jueves 12 de diciembre tendrá lugar, en el Museo de Obra Gráfica de la Fundación Antonio Pérez (San Clemente, Cuenca), la inauguración de la exposición PEPE ESPAÑA, VUELTA AL ORIGEN-ELOGIO DEL DIBUJO (1963-1976), que promueven la Fundación Antonio Pérez (Diputación de Cuenca) y la Fundación Pepe España (Aarau, Suiza), bajo el comisariado de Alfonso de la Torre y que supone la recuperación de un artista que, desde su marcha a Suiza en los años setenta, era conocido sólo por especialistas de ese tiempo. Pepe España (José Luis Jiménez España, Málaga, 1930-Biel, Suiza, 2007) inició su trayectoria artística vinculado a los primeros intentos de renovación de lenguajes en nuestro país en los años cincuenta. A comienzos de los sesenta llega a Cuenca, ciudad en la que se instalará, definitivamente, entre 1967 y 1973. Lugar capital en su trayectoria, epicentro de los nuevos lenguajes artísticos, este creador se convierte así en uno de los primeros 'descubridores' de lo que, en esa década, se llamó la Cuenca abstracta, la ciudad que poblarán los artistas de llamado 'grupo de Cuenca' que impulsarán el Museo de Arte Abstracto Español inaugurado en 1966. Tras la citada reciente exposición en Cuenca de sus pinturas, principalmente las desarrolladas coincidente con su estadía en la ciudad, en San Clemente se muestra ahora una selección en la que se observa una de las grandes cualidades de Pepe España: el elogio del dibujo, que ejerció durante toda su trayectoria. La obra de Pepe España pudo verse en San Clemente ya en 1970, en una exposición organizada por la Diputación de Cuenca, dentro de la llamada Exposición de Artes Plásticas-Semanas Culturales de Primavera. Defensor del dibujo como esencia del arte, en San Clemente se muestran obras desde 1963, año de su llegada a Cuenca, y los años setenta, suponen la verdadera puesta en pie de una singular inteligencia de la grafía. Es frecuente que sus obras reflejen el paisaje de Cuenca que parece haber impactado, notoriamente, el quehacer de Pepe España, muestra de lo que la crítica llamó la 'borrasca de paisajes', el aire descarnado que destila su aislamiento en el silencioso y recogido mundo conquense, donde hallaría refugio para meditar y pintar. Algunos de sus dibujos de ese tiempo, en San Clemente se muestran tres de 1968, parecen recrear el efecto geológico sucedido en la hoz del Júcar, frente a su estudio, en especial los conocidos como 'ojos de la mora', oquedades tal cráteres que conforman una suerte de rostro con ojos hundidos, colgados en ese espacio singular y yermo y que Pepe España parece trasvasar a unos dibujos con aire de vanitas, confundiéndose la geología con la osamenta. Tocones, moles pétreas, naturaleza inefable, y es que el paisaje de Cuenca no era una cuestión, tan sólo, de los pintores del pasado y lo trataron, también, los artistas de nuestro tiempo. Con un restringido uso del color, Pepe España compone o deconstruye la figura, capaz de elevar un retrato o un cuerpo, con apenas una línea que parece haber sido trazada sin levantar su mano del papel. Dibujos de caligrafía minuciosa, que le emparentará con una cierta escuela linealista, de pintores amantes de la línea. Frenético quehacer el de este tiempo, en el que la paleta se ha reducido al negro de la tinta con que realiza los signos, y unos controlados toques de color, de aire informal. Signos que le emparentan con la herencia de las escrituras kleeianas; el automatismo del breve Wols; el despliegue de líneas del frenético Michaux; las caligrafías emuladoras de los inquisidores de Millares, el frenético Torquemada o, más cerca de nuestro pintor, el encuentro con las finas grafías disciplinadas de Ángel Cruz o el desparpajo del Bonifacio revisitante de los Cobra. Algo que queda claro, también, en ciertos dibujos de ese tiempo que parecen mirar hacia Antonio Saura. Cabezas desmesuradas, con algo de elegíaco, de denodada brega con el signo y el color, retratos que parecen estallidos de luz de aire brut, metamorfosis de un monstruo de signos lanzados a la inmensidad del espacio pictórico. Junto a ello, otra lectura de su trabajo en este tiempo, es la capacidad para viajar desde la representación clásica, a la abstracción plena, como es el caso de los dos singulares dibujo-collage de 1969, muestra de la influencia de la abstracción de la llamada 'ciudad abstracta'. Manuel Augusto García Viñolas, Elena Flórez o Mercedes Lazo, dedican amplios elogios a su obra, subrayando los dibujos. Especialmente significativo es el juicio de Elena Flórez, quien sentencia que el quehacer de España supone una sorpresa frente a la fatiga del dibujo picassiano o el gesto del arte informal o que García Viñolas subraye el espacio vacío que cuenta entre el agitarse sígnico de sus dibujos y considere su propuesta 'muy válida'. Concluyendo: si justificado es el título 'vuelta al origen', no lo es menos subrayar que es, pues, vuelta a Cuenca y, en este caso, a San Clemente. Se ha editado un catálogo bilingüe (español/inglés, 208 pp.) que analiza, en profundidad, la pintura de Pepe España, conteniendo una amplia cronología y una selección de textos críticos sobre este artista, aportándose numeroso material inédito.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España