Descripción de la Exposición
La exposición celebra el 400º aniversario del nacimiento del escultor y propone ofrecer una visión actualizada y rigurosa de la producción de Pedro Roldán a través de una selección de sus obras más representativas.
Se compone de 44 obras. De ellas, 36 son esculturas de Pedro Roldán y dos de su hija, Luisa Roldán “La Roldana”. Además, se exponen dos documentos, un dibujo de Villodas, dos pinturas, una de Meneses Osorio y otra de autor anónimo que completan aspectos diversos de la figura y obra del maestro y un grabado.
PEDRO ROLDÁN, UN RECONOCIMIENTO PENDIENTE
Celebramos el IV centenario del nacimiento de Pedro Roldán (1624-1699), la personalidad más relevante del panorama escultórico sevillano de la segunda mitad del siglo XVII y una de las figuras estelares de la escultura barroca española, como lo ha reconocido la historiografía artística a partir del tratadista y pintor Antonio Palomino en 1724. Resulta incuestionable la impronta que dejó, entre sus contemporáneos y hasta bien avanzado el siglo XVIII, su peculiar técnica de talla abocetada y su gusto por las composiciones abiertas. La reconocible caracterización estilística y morfológica de sus imágenes reflejan una contenida dinamicidad y notable capacidad expresiva, sin olvidar su contribución a la hora de consagrar determinados modelos iconográficos.
Pedro Roldán fue el escultor sevillano de su generación que gozó de mayor prestigio y proyección externa, como lo prueba que sus creaciones escultóricas, mayoritariamente de temática religiosa y realizadas en madera policromada, piedra y yeso, fueran requeridas y enviadas, ya en su tiempo, a numerosas ciudades andaluzas y a localidades de la Baja Extremadura, País Vasco y archipiélago canario, respondiendo a los múltiples y versátiles encargos que recibió su prolífico taller por parte de un amplio abanico de instituciones eclesiásticas y clientes particulares.
El 14 de enero de 1624 fue bautizado en la parroquia del Sagrario de la catedral de Sevilla Pedro Roldán, quien habría de convertirse en el más destacado de los escultores sevillanos durante la segunda mitad del siglo XVII. Se cumple, por tanto, en 2024, el IV centenario del nacimiento de este representante de la plástica barroca española, creador de un estilo propio que dejó una perdurable huella en la escultura sevillana, más allá incluso de su propia muerte, que se produjo a comienzos del mes de agosto de 1699, a los 75 años.
Pedro Roldán era hijo de padres antequeranos, el carpintero Marcos Roldán y su esposa Isabel de Nieva. Con ellos regresaría pronto a Antequera, y tras sentir la llamada de su vocación artística, se trasladó a Granada en 1638, ingresando con 14 años como aprendiz en el taller del escultor Alonso de Mena. En 1642 contrajo matrimonio con Teresa de Villavicencio y en mayo de 1646, pocos meses antes del fallecimiento de su maestro, ya lo encontramos avecindado en Sevilla. El despegue de la carrera artística de Pedro Roldán se produjo a comienzos de la década de 1650, tras haber muerto en los años inmediatamente anteriores algunos de los principales representantes de la escuela escultórica local, caso de Felipe de Ribas en 1648 o del genial Martínez Montañés en 1649.
Resulta evidente que en los inicios de su trayectoria profesional, Pedro Roldán se dejó seducir por el novedoso lenguaje del escultor flamenco José de Arce, que se había establecido en Sevilla en torno a 1636. Arce puede ser considerado como el introductor de una corriente plenamente barroca, de signo europeo, en la escultura de Andalucía occidental, y probablemente Roldán sea el heredero más cualificado de esa plástica monumental, vibrante y ampulosa en el amplio territorio del antiguo reino de Sevilla. No solo la escultura, sino todas las artes figurativas fueron tomando en la capital hispalense un nuevo rumbo, al asumir los modelos dinámicos y expresivos del pleno barroco, como lo demuestran las pinturas de Murillo, Valdés Leal o Herrera el Mozo.
La arrolladora personalidad de Pedro Roldán terminó de madurar su propio estilo avanzada la década de 1660, asociándose con algunos de los más prestigiosos ensambladores de su tiempo, como Francisco Dionisio de Ribas, Bernardo Simón de Pineda o Cristóbal de Guadix, a quienes suministra con frecuencia el programa escultórico de sus retablos. Así, estando Roldán al frente de un amplio taller familiar, en el que se adiestraron algunos de sus hijos, hijas y yernos que antes fueron aprendices de su obrador, pudo afrontar relevantes empresas escultóricas, como los apaisados figurativos de los retablos mayores de la capilla de los Vizcaínos en el convento casa grande de San Francisco y de la iglesia del hospital de la Santa Caridad, por citar solo estos dos ejemplos que suponen la quintaesencia de su producción en Sevilla. Además de estos excepcionales conjuntos para retablos, Roldán fue un gran creador de imágenes de devoción, algunas de las cuales siguen despertando la unánime admiración en los desfiles procesionales de la Semana Santa de Sevilla y otras poblaciones andaluzas. Además, contribuyó a la definición de determinados modelos iconográficos, de gran trascendencia para el arte sevillano, caso de sus interpretaciones de San José y San Fernando, o de sus característicos ángeles con atributos de la Pasión.
Roldán fue un artista polifacético, pues además de la escultura, cultivó el dibujo, solicitó licencia al Ayuntamiento para seguir ejerciendo como dorador y estofador de imágenes e incluso se consideró a sí mismo como “un devoto inteligente de la arquitectura”. Como escultor propiamente dicho, además de la madera, que fue su material predilecto, también modeló en barro y pasta, y talló la piedra y el yeso. Algunas de sus más famosas esculturas fueron policromadas por el pintor Juan de Valdés Leal.
Reconocida su formalidad en el trabajo y la elevada calidad técnica y expresiva de sus creaciones escultóricas, los encargos se multiplicaron para numerosas localidades de las actuales provincias andaluzas de Sevilla, Cádiz, Córdoba, Málaga y Jaén, además de suministrar imágenes para la Baja Extremadura, el País Vasco o las islas Canarias. Ya en nuestro tiempo, el mercado del arte ha provocado que esculturas suyas se exhiban, por ejemplo, en el Museo Bode de Berlín o en el Nacional de Escultura de Valladolid.
Entre los promotores y clientes de Pedro Roldán figuraron cabildos catedralicios, órdenes religiosas, fábricas parroquiales, hermandades y cofradías, miembros del alto y bajo clero, nobles, funcionarios, comerciantes y otros muchos particulares de elevado poder adquisitivo, que desearon contar con alguna obra de este gran maestro, progenitor de una larga estirpe artística, cuyos representantes más célebres serían su hija Luisa Roldán “La Roldana” y su nieto Pedro Duque Cornejo.
LA EXPOSICIÓN “PEDRO ROLDÁN (1624-1699)”
La exposición es la primera muestra de gran alcance realizada hasta la fecha sobre el insigne escultor barroco. La mayoría de las obras seleccionadas se exponen al público por primera vez, lo que aumenta su interés. El hecho de ser imágenes destinadas en su mayor parte al culto y pertenecer a instituciones religiosas, como iglesias o parroquias, hermandes de penitencia o conventos de clausura, hace que su préstamo sea excepcional y su presencia ofrezca una ocasión única para poder contemplarlas y apreciarlas en el contexto del museo.
Se trata de obras rigurosamente documentadas en su mayor parte, lo que ofrece una gran oportunidad para conocer los rasgos que conforman la peculiar personalidad artística de Roldán y las claves evolutivas de su producción. Algunas identificaciones constituyen una novedad. En concreto, una importante aportación es la del San Juan Bautista de Écija con una imagen documentada que se creía desaparecida. Por otro lado, los estudios e investigaciones realizados con motivo de esta exposición permiten algunas atribuciones con solidez. Es el caso del Nacimiento procedente de la Escuela de Cristo.
DISCURSO EXPOSITIVO
El discurso de la exposición se articula en cuatro apartados que muestran la evolución y las características de su producción artística:
1.- Formación y primeros encargos
Pedro Roldán fue hijo del carpintero Marcos Roldán e Isabel de Nieva, oriundos de Antequera (Málaga). Aunque fue bautizado en el Sagrario de la catedral de Sevilla el 14 de enero de 1624, pronto retornaron a su ciudad de origen. En 1638, con catorce años y decidida su vocación artística, llegó a Granada para aprender el oficio de escultor en el taller de Alonso de Mena, donde permaneció hasta mayo de 1646, en que regresa a Sevilla, movido por sus posibilidades laborales.
Su primer conjunto documentado y conservado son las esculturas para el retablo mayor del convento de Santa Ana de Montilla (1652-1654) que ya denotan el poderoso influjo que ejerció sobre él el escultor flamenco José de Arce, en la senda del pleno barroco, con su característica monumentalidad y teatralidad expresiva. En estos primeros años sevillanos se produce el despegue de su carrera profesional y Roldán. Entabla relaciones de amistad con una red de aventajados artistas, que a veces llegarán a fructificar en colaboraciones laborales, como sucedió con el arquitecto Sebastián de Ruesta, los escultores Felipe de Ribas y Juan Pérez Crespo, el ensamblador Francisco de Ribas o los pintores y policromadores Gaspar de Ribas, Ignacio de León Salcedo y Juan de Valdés Leal.
2.- Años de fama y plenitud creativa
Entre 1664 y 1672, Pedro Roldán acudió asiduamente a la academia que los pintores establecieron desde 1660 en la Casa Lonja para dibujar y modelar del natural. Allí se relacionó con los más destacados artífices del momento, como el ensamblador Bernardo Simón de Pineda, los escultores Alfonso Martínez, Andrés Cansino y Francisco Antonio Gijón, y un considerable número de maestros de pintores, muchos de los cuales se convertirían, como Valdés Leal, en habituales policromadores de su obra.
Durante esos años, y en relación con este mismo círculo de artistas, realizó algunos de los hitos más importantes de su carrera artística que le reportaron gran fama para la posteridad: las esculturas para los retablos del desaparecido convento de San Francisco –hoy instalado en la parroquia del Sagrario de la Catedral– y para la iglesia de San Jorge, en el hospital de la Santa Caridad.
A finales de 1675 Pedro Roldán llevó a cabo una serie de estancias por distintas localidades de Andalucía con objeto de poder contratar o, en su caso, afrontar la realización de una serie de relevantes encargos, como los que realizó para el cabildo de la catedral de Jaén, los cartujos de Jerez de la Frontera, el patrono del convento cordobés de Santa Isabel de los Ángeles o para el obispo de Córdoba fray Alonso de Salizanes.
3.- La década postrera
El 16 de septiembre de 1689, cumplidos ya 65 años, Pedro Roldán cae gravemente enfermo, por lo que otorgó a su esposa, Teresa de Villavicencio, un poder para testar. Afortunadamente, superada la dolencia, inicia la última década de su vida con un compromiso de indudable envergadura: el programa figurativo para el retablo mayor del convento de Santa María de Jesús de Sevilla, con el que comenzaba a una colaboración estable con el ensamblador montillano Cristóbal de Guadix.
Su capacidad para el diseño arquitectónico ya le había facultado tiempo atrás para ofrecer maquetas y diseños de retablos, llegando a ser considerado como “un devoto inteligente de la arquitectura”. En compañía de su hijo Pedro Roldán “el Mozo”, el 16 de junio de 1690 ajustó la realización de veinticuatro columnas de jaspe para la iglesia del hospital del Buen Suceso de Sevilla, entre otras intervenciones e informes periciales.
No escasearon los trabajos para su taller en estos años, con encargos procedentes de Antequera, Sanlúcar de Barrameda, Écija y la propia Sevilla, donde destacan las esculturas para el hospital de los Venerables Sacerdotes y el extenso repertorio realizado en piedra y en madera, destinado a la recién reconstruida iglesia del convento dominico de San Pablo, hoy parroquia de Santa María Magdalena. Pedro Roldán murió a los 75 años, siendo enterrado el 4 de agosto de 1699 en la iglesia de San Marcos, al pie del retablo de Nuestra Señora del Rosario.
4.- Pedro Roldán y su taller
Pedro Roldán encabezó uno de los talleres de escultura más importantes de la Andalucía barroca. En él se formaron, tanto en dicho oficio como en el de la policromía de imágenes, buena parte de sus hijos, (Marcelino y Pedro) e hijas (Francisca, Luisa y María Josefa), algunos discípulos que se convertirían en sus futuros yernos (José Felipe Duque Cornejo, Luis Antonio de los Arcos, Matías de Brunenque y José Fernández de Arteaga), su sobrino nieto Julián Roldán Guerrero y su nieto Pedro Duque Cornejo, entre otros aprendices y oficiales.
La actividad de este obrador, de nítido carácter familiar, tan amplio y cualificado, dio lugar a una gran variedad de registros y a un nivel sostenido de calidad, provocando que no resulte siempre fácil discernir el grado de participación personal del maestro respecto a la del resto de sus integrantes, cuyas respectivas personalidades artísticas quedan en cierto modo homogeneizadas bajo el sello de lo “roldanesco”, hasta que sus miembros llegan a independizarse, como sucedió con Luisa Roldán, “La Roldana”, tras contraer matrimonio en 1671 con Luis Antonio de los Arcos.
LISTADO DE OBRAS DE LA EXPOSICIÓN “PEDRO ROLDÁN, ESCULTOR (1624-1699)”
1. Partida de bautismo de Pedro Roldán, 14 de enero de 1624. Tinta sobre papel. Archivo de la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla, Libro de Bautismos nº 31, f. 62r. Institución Colombina.
2. Ricardo Villodas y de la Torre (atribución), Retrato de Pedro Roldán, Segunda mitad del siglo XIX. Lápiz rojo sobre papel avitelado. Museo Nacional del Prado.
3. Informe emitido por Pedro Roldán en 1691 sobre los reparos que necesitaba la cúpula de la parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Tinta sobre papel. ACS, FC, Sección IX, sign. 10961, nº 20. Institución Colombina.
4. Santa Ana y la Virgen niña, 1653-1654. Madera tallada y policromada. Monasterio de Santa Ana, Montilla, Córdoba.
5. Relicario de Santa Apolonia (atribución), h. 1664-1665. Madera tallada y policromada. Monasterio de Santa Clara. Montilla, Córdoba. Fundación Casa Ducal de Medinaceli.
6. Relicario de una de las once mil vírgenes (atribución), h. 1664-1665. Madera tallada y policromada. Monasterio de Santa Clara. Montilla, Córdoba. Fundación Casa Ducal de Medinaceli.
7. San Miguel Arcángel, 1657. Madera tallada y policromada. Parroquia de San Miguel Arcángel, Marchena, Sevilla.
8. San Juan Evangelista, 1662. Madera tallada y policromada. Hermandad del Nazareno. Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros, El Puerto de Santa María, Cádiz.
9. San José con el Niño, 1664. Madera tallada y policromada. Catedral de Sevilla.
10. Francisco Meneses Osorio, San José con el Niño, 1684. Óleo sobre lienzo. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
11. San Juan Evangelista en la isla de Patmos (atribución), h. 1664-1665. Madera tallada y policromada. Monasterio de Santa Clara, Montilla, Córdoba. Fundación Casa Ducal de Medinaceli.
12. Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén, 1666-1674. Relieve en madera tallada y policromada. Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla.
13. Santa Ana maestra, 1670-1671. Madera tallada y policromada. Parroquia de Santa Cruz, Sevilla.
14. Juan de Valdés Leal, Triunfo de San Fernando, 1671. Aguafuerte. Colección particular.
15. Cristo de los Dolores (atribución), 1681. Madera tallada y policromada. Iglesia del hospital del Pozo Santo.
16. Anónimo madrileño, Cristo de los Dolores con san Francisco de Asís y santa Teresa de Jesús, h. 1660. Óleo sobre lienzo. Hospital del Pozo Santo.
17. Virgen del Mayor Dolor (atribución), h. 1672. Madera tallada y policromada. Parroquia de Santa Cruz, Sevilla.
18. Santo Cristo de la Caridad,1673-1674. Madera tallada y policromada. Iglesia del Hospital de la Santa Caridad, Sevilla.
19 y 20. Ángeles con atributos de la Pasión (pareja), 1673-1674. Madera tallada y policromada. Iglesia del Hospital de la Santa Caridad, Sevilla.
21. Nacimiento (atribución), h. 1675. Madera tallada y policromada. Escuela de Cristo de la Natividad, Sevilla.
22. San Pedro, hacia 1679. Madera tallada. Parroquia de Nuestra Señora de las Virtudes, Villamartín, Cádiz.
23. San Pablo, hacia 1679. Madera tallada. Parroquia de Nuestra Señora de las Virtudes, Villamartín, Cádiz.
24. Cristo del Perdón, 1672. Madera tallada y policromada. Parroquia de Santa María la Coronada, Medina Sidonia, Cádiz.
25. Ecce Homo, 1679-1681. Madera tallada y policromada. Convento de Santa María de Jesús, Sevilla.
26. Resucitado, 1679-1681. Madera tallada y policromada. Convento de Santa María de Jesús, Sevilla.
27. Inmaculada Concepción, 1979-1680. Madera tallada y policromada. Iglesia de Nuestra Señora de Gracia. Convento de Padres Trinitarios, Córdoba.
28. Busto de Ecce Homo (atribución), hacia 1680. Congregación del Oratorio, PP. Filipenses. Iglesia de San Alberto, Sevilla.
29. Busto de Dolorosa (atribución), hacia 1680. Congregación del Oratorio, PP. Filipenses. Iglesia de San Alberto, Sevilla.
30. Cristo Crucificado, 1681. Madera tallada y policromada. Hermandad de Jesús Nazareno, Iglesia de San Juan Bautista, Écija, Sevilla.
31. San Juan Bautista, 1681. Madera tallada y policromada. Hermandad de Jesús Nazareno. Iglesia de San Juan Bautista, Écija, Sevilla.
32. Santa Catalina de Alejandría, 1693. Madera tallada y policromada. Colegiata de San Sebastián, Antequera. Diócesis de Málaga.
33. Santa Ana maestra enseñando a leer a la Virgen (atribución), antes de 1694. Madera tallada y policromada. Iglesia conventual del Santo Ángel, Sevilla.
34. Nuestra Señora del Patrocinio, 1696-1699. Madera tallada y policromada. Iglesia de Santa Bárbara, Parroquia de Santa María Nuestra Señora y Santa Bárbara. Écija, Sevilla.
35. Virgen con el Niño Jesús (atribución), hacia 1694-1699. Madera tallada y policromada. Real Parroquia de Santa María Magdalena, Sevilla.
36. Santo Domingo de Guzmán (atribución), hacia 1694-1699. Madera tallada y policromada. Real Parroquia de Santa María Magdalena, Sevilla
37. San Pedro, 1698-1699. Madera tallada y policromada. Iglesia del Hospital de los Venerables Sacerdotes, Archidiócesis de Sevilla.
38. San Fernando, 1698-1699. Madera tallada y policromada. Iglesia del Hospital delos Venerables Sacerdotes, Archidiócesis de Sevilla.
39. San Ignacio de Loyola (atribución), último tercio del siglo XVII. Madera tallada y policromada. Museo Nacional de Escultura, Valladolid.
40. Cabeza de ¿apóstol? (atribución), último tercio del siglo XVII. Madera tallada y policromada. Museo Nacional de Escultura, Valladolid.
41. San Elías (atribución), último tercio del siglo XVII. Madera tallada y policromada. Museo de Bellas Artes, Sevilla.
42. Niño Jesús, el Galán (atribución), segunda mitad del siglo XVII, Convento del Santo Ángel, Sevilla.
43. Luisa Roldán (atribución), Cabeza de San Juan Bautista Niño, hacia 1670-1689. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
44. Luisa Roldán, Virgen de la Leche, (atribución), hacia 1689-1706. Madera tallada y policromada. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Colección Junta de Andalucía.
OBRAS QUE HAN SIDO SOMETIDAS A ALGÚN TRATAMIENTO CONSERVATIVO O RESTAURACIÓN CON MOTIVO DE LA EXPOSICIÓN:
Con la finalidad de mostrar al público la obra del escultor de modo que pueda ser apreciada y contemplada del modo más fidedigno a cómo fue concebida por el escultor, hemos realizado un esfuerzo para que las obras expuestas estuvieran en el mejor estado de conservación. Con este motivo han sido restauradas algunas de ellas y, en otros casos, se ha realizado un tratamiento de consolidación previa al traslado para que el préstamo no solo no suponga una posibilidad de deterioro, sino más bien, una ocasión de revisar y mejorar en lo posible su estado de conservación.
1. Santa Ana y la Virgen niña, 1653-1654. Madera tallada y policromada. Monasterio de Santa Ana, Montilla, Córdoba.
2. Relicario de Santa Apolonia (atribución), h. 1664-1665. Madera tallada y policromada. Monasterio de Santa Clara. Montilla, Córdoba. Fundación Casa Ducal de Medinaceli.
3. Relicario de una de las once mil vírgenes (atribución), h. 1664-1665. Madera tallada y policromada. Monasterio de Santa Clara. Montilla, Córdoba. Fundación Casa Ducal de Medinaceli.
4. San Miguel Arcángel, 1657. Madera tallada y policromada. Parroquia de San Miguel Arcángel, Marchena, Sevilla.
5. Francisco Meneses Osorio, San José con el Niño, 1684. Óleo sobre lienzo. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
6. Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén, 1666-1674. Relieve en madera tallada y policromada. Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla.
7. Santa Ana maestra, 1670-1671. Madera tallada y policromada. Parroquia de Santa Cruz, Sevilla.
8. Virgen del Mayor Dolor (atribución), h. 1672. Madera tallada y policromada. Parroquia de Santa Cruz, Sevilla.
9. Nacimiento (atribución), h. 1675. Madera tallada y policromada. Escuela de Cristo de la Natividad, Sevilla.
10. Cristo del Perdón, 1672. Madera tallada y policromada. Parroquia de Santa María la Coronada, Medina Sidonia, Cádiz.
11. Ecce Homo, 1679-1681. Madera tallada y policromada. Convento de Santa María de Jesús, Sevilla.
12. San Juan Bautista, 1681. Madera tallada y policromada. Hermandad de Jesús Nazareno. Iglesia de San Juan Bautista, Écija, Sevilla.
13. Niño Jesús, el Galán (atribución), segunda mitad del siglo XVII, Convento del Santo Ángel, Sevilla.
14. Anónimo madrileño, Cristo de los Dolores con san Francisco de Asís y santa Teresa de Jesús, h. 1660. Óleo sobre lienzo. Hospital del Pozo Santo.
15. San Elías (atribución), último tercio del siglo XVII. Madera tallada y policromada. Museo de Bellas Artes, Sevilla.
16. Luisa Roldán (atribución), Cabeza de San Juan Bautista Niño, hacia 1670-1689. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España