La pintura de Pedro Roldán podría definirse como el conjunto de una luminosidad intensa, los sueños que nos hacen salir de la realidad, un colorido brillante, una policromía exquisita, una brillantez viva en las superficies y un conocimiento absoluto de la técnica de los reflejos en el agua, tanto de la sombra como de la luz. Es decir, que si todo lo dicho de la obra lo trasladamos al pintor, diremos que es un artista cordobés, andaluz de Rute, conocedor como pocos de la técnica del paisaje, que traslada los colores de sus sueños a sus lienzos y que los reinterpreta, como si fuese un Dalí decorando y traspasando los límites de las heroínas de suspense . Las claves se completarían con una técnica profunda y una magia y in lirismo que quedan atrapados en el cuadro y que luego subyugan los sentidos del espectador.