Es la cuarta exposición de la artista alemana en la galería.
Karin Kneffel presenta una serie de obras inspiradas en el pabellón Mies van der Rohe de Barcelona. Las pinturas remiten tanto a su singularidad como a la ausencia del pabellón original debido a su reconstrucción en el periodo 1983-1986. Simultáneamente a la exposición en la galería, la artista prolonga el proyecto con una intervención de obras de gran formato en el pabellón Mies van der Rohe de Barcelona, creadas específicamente para este emplazamiento.
En esta serie, Karin Kneffel se centra tanto en el aspecto temporal como en el espacial. La artista ha querido remarcar el hecho de que el pabellón actual es una reconstrucción del original de 1929 con diferencias en la estructura y en la textura de los materiales. Esto es especialmente evidente en la pared de ónice dorado a partir del cotejo con las fotografías históricas en blanco y...negro. La artista condensa pasado y presente representando los cursos de la percepción y haciéndonos partícipes del proceso de composición. De este modo, por la ilusión creada en la pintura, el visitante que entra en el pabellón es invitado a experimentar su reconstrucción.
Las obras tienen una referencia directa al emplazamiento donde se exponen, y no sólo reflejan la situación actual del pabellón sino también la posición del espectador: sus movimientos y consideraciones forman parte del proceso de pintura. Basándose en las reproducciones de época en blanco y negro, Kneffel alude a la re-emergencia del pabellón histórico - observado a través del cristal de una ventana, visto como un reflejo luminoso y velado en luz azulada. Asimismo, el espectador reconoce la huella de unas manos que han dibujado en el cristal empañado, asumiendo la presencia previa de otro espectador y su ausencia, lo que subraya el motivo voyerista.
En esta serie de obras, la representación del cristal empañado y de las gotas pintadas en el primer plano fuerza al espectador a acercarse a la pintura y apreciar los detalles para luego alejarse con el fin de ver la pintura en su conjunto. Así sólo puede experimentar la totalidad de su trabajo en la interferencia de proximidad y distancia, originalidad y reconstrucción, pasado y presente, en un proceso constante de reflexión que caracteriza la obra de Karin Kneffel.
Entrada actualizada el el 01 oct de 2014
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