La serie LA MUJER ÁRBOL nace del impulso creativo a partir de la narración y de la poesía. La necesidad comunicativa que está presente en mi obra, hace que desde algún tiempo, palabra e imagen estén indisolublemente unidas.

Las imágenes están unidas a la poesía que intenta explicar este mundo inexplicable, mientras busco entenderlo y entenderme, y llegar al mismo tiempo a la última esencia del acto creativo a partir de un proceso largo y doloroso, en muchas ocasiones, trabajando en collages e imágenes fotográficas, en las que intervienen papeles, cuerdas, hilo y metal.

LA MUJER ÁRBOL, busca su identidad, casi sin ornamento, situada en las márgenes del mundo, y se rebela inventando fantasías que no necesitan del objeto para existir. Situada en un espacio casi al borde del abismo, de sus manos ... salen hilos y cuerdas, que la unen a la tierra, enraizándola con ella. Es como una planta y esas prolongaciones le permiten nutrirse y al mismo tiempo que los demás se nutran de ella. Posee un cuerpo que desearía, fuera evanescente, pero las cuerdas que salen de su cuerpo, son como plantas y llega a convertirse en un árbol. Como MUJER-ÁRBOL, despierta la vida en la tierra y de sus manos nacen mensajes, que niegan la envidia y la crueldad y tratan de alejar el terror de este mundo salvaje.