La retrospectiva del escultor asturiano Manolo Castañón es para Cajastur una inmejorable oportunidad para ofrecer al público un recorrido por la trayectoria artística de este creador que pese a llevar cuarenta años residiendo en París nunca ha perdido su vinculación y enraizamiento con Asturias.

A pesar de la lejanía, París-Oviedo, título de la exposición, es un ejercicio de acercamiento al sentimiento español que emana de las obras de Manolo Castañón y, por lo tanto, es posiblemente la muestra más completa que el artista ha realizado en Asturias.

La exposición, organizada con la inestimable ayuda y colaboración de su autor, recoge desde los primeros dibujos a carboncillo, realizados en los estudios de Bellas Artes, hasta sus últimas creaciones, las esculturas en acero inoxidable. La ... muestra discurre a través de un importante hilo conductor: la figura humana, siempre presente en toda la obra de este artista. Estas esculturas están cargadas de los sentimientos, de la desgracia, de la soledad, de la enfermedad, del maltrato, de la desigualdad y de los temas de más actualidad, que impregnan todas las composiciones.

Este compendio de valores hace que para Cajastur sea una satisfacción y una garantía de calidad el ofrecer al público asturiano poder disfrutar esta indudable experiencia artística

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Manolo Castañón es un artista nacido en Llananzanes, pueblo del concejo de Aller (Asturias) en 1941. Abandona en su juventud su pueblo natal para realizar estudios, primero de Filosofía en Salamanca, y a continuación de Bellas Artes en esta misma ciudad, en Sevilla y finalmente en París.

En la capital francesa tiene unos inicios bohemios que le sirven para abrirse al mundo, a su problemática, y en definitiva, a la naturaleza del ser humano. Decide tras ello establecer definitivamente su residencia en París hasta nuestros días.

Ha expuesto en Asturias en tres ocasiones (1998 - Palacio Conde de Toreno, Oviedo // 1999 - Centro Cultural El Coto, Gijón // 2004 - Llananzanes, Aller), aunque es la primera vez que muestra en el Principado una amplia retrospectiva de su obra, que abarcan los cuarenta años que separan los primeros carboncillos y dibujos realizados en sus estudios de Bellas Artes, hasta sus últimas y más novedosas esculturas en acero inoxidable. Con un depurado estilo ha sido capaz de dar vida a cualquier material: la madera, el cobre, el bronce y el acero inoxidable son sus preferidos. La Sala Cultural Cajastur Teatro Campoamor, en Oviedo, acoge un nutrido conjunto de estas creaciones.

Manolo Castañón es un escultor del sentimiento humano. La figura es siempre la protagonista de sus obras, y no solo desde el punto de vista estético, sino de su problemática, en definitiva, de la condición humana. El trasfondo ideológico e incluso filosófico de su obra es un referente indiscutible, ya que se trata de una escultura de carácter conceptual. Castañón es capaz de contar y detallar el sentido de cada obra: la desgracia humana, la soledad, la enfermedad, el maltrato, la desigualdad y los temas de más actualidad, impregnan sus composiciones. Con un lenguaje claro y sencillo habla de la alegría y de la tristeza del ser humano, ya que nos enfrentamos una obra cargada de sentimientos.