Descripción de la Exposición
La piel de la historia está hecha de cenizas; tal vez por eso las imágenes son nuestro intento de capturar aquello que va más allá de la anécdota. Allí donde la realidad se vincula con el testimonio geológico, se abre una oportunidad para reinterpretar el valor de nuestro pasado. En Paralelos en el Tiempo, fotografía y pintura dialogan para revelar un valioso préstamo del mundo visible, uno al que accedemos como quien hace suyo un instante en medio del tiempo. Así, el pigmento, el haluro de plata y el píxel participan en un acontecimiento común: la (re)creación de nuestra memoria.
Esta exposición explora la poderosa narrativa de dos erupciones volcánicas: la del Vesubio en el año 79 d.C., que sepultó Pompeya, y la del Tajogaite en 2021, que arrasó parte de la isla de La Palma. Eduardo Nave (Valencia, 1976) captura en sus fotografías los paisajes transformados por la lava, mostrando la huella inmutable estas catástrofes. Miguel Aguirre (Lima, 1973), inspirado por el impacto visual de estos eventos y el eco cinematográfico de la destrucción, convierte en pintura las ruinas y paisajes capturados por el fotógrafo. A través de su obra, Aguirre crea un diálogo visual entre lo antiguo y lo contemporáneo, donde la desolación y la fragilidad humana encuentran su contrapunto en la implacable fuerza de la naturaleza.
Paralelos en el tiempo explora la memoria como construcción activa, en la que no solo recordamos, sino que viajamos dentro del suceso, como quien traza mapas de lugares que ya no existen tal y como fueron, sino como nosotros los hemos recordado. Así, este diálogo busca no solo capturar la apariencia de lo real, sino sugerir una memoria expandida, que tiende un puente capaz de unir dos mil años de historia.
En su obra, Miguel Aguirre integra referencias fílmicas que dialogan con lo histórico, ofreciéndonos un espacio de reflexión y de silencio. Así, lo que vemos es el reflejo de una construcción colectiva, moldeada por las narrativas y los símbolos que la reinterpretan y actualizan. Aguirre convierte la representación en un terreno siempre cambiante, donde el testimonio de la tragedia se entrelaza con el imaginario cultural, superponiendo tiempos y significados.
Eduardo Nave, en su exploración de Pompeya y de la isla de la Palma, aporta una mirada contemplativa sobre la persistencia de las ruinas y los espacios marcados por la devastación. En Pompeya, las huellas de la catástrofe se presentan como un registro detenido en el tiempo, un eco distante que nos invita a ser testigos de un paisaje musealizado. En cambio, al fotografiar, la reciente erupción volcánica, nos ofrece una perspectiva más inmediata de la destrucción, donde el paisaje se fragmenta en cuatro tiempos. Aquí, Nave documenta un territorio herido, que nos recuerda lo vulnerables que son nuestras certezas.
Cada díptico y políptico propicia una dialéctica entre pasado remoto y evento reciente, historia narrada y suceso mediático, potencia de la naturaleza y fragilidad humana, muerte y supervivencia: temas esenciales para ambos artistas. Este diálogo nos lleva a reflexionar sobre la temporalidad y la naturaleza dinámica de la memoria, donde pintura y fotografía se fusionan en una narrativa que desafía las líneas entre dos tiempos sincopados. Así, el pasado fragua su propia ausencia a través de dos miradas que lo observan y lo resignifican.
Texto: Isabel Hernández
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España