Descripción de la Exposición ¿Qué hay en la pintura de SRH que me atrapa de modo indefectible? No puedo dejar de preguntármelo cada vez que frente a uno de sus cuadros tengo la sensación de sentarme en los confines del mundo esperando a que el tiempo al silencio se una, como en una invitación a la eternidad. Las obras de SRH, más allá de verse, pueden oírse; oírse el latido de su inquietud, de su inconformismo, de su heterodoxia, porque sus obras brotan, como las palabras del poeta Eloy Sánchez Rosillo, «de las fuentes del tiempo, / del manantial del sueño». Es una pintura que nos lleva a inciertas regiones del sentimiento en que no estuvimos antes y, perdiéndonos, nos ayuda a encontrarnos guiados por esa luz declinante que atraviesa sus cuadros en una especial manera de decir y nos guía por el mapa de su existencia. Paraíso en las afueras es una cabal muestra de cuanto digo, una invitación a dejarse llevar y arrastrar, sin condiciones, por la fuerza de la pintura de SRH, del sentido que da a cada pincelada; una invitación a llegar, y le tomo prestadas de un título las palabras a otro gran poeta, Luis María Murciano, al «borde del cielo». SRH pinta, y escribe, porque tiene algo que decir y nos permite ver lo real desde un ángulo nuevo. La contemplación de su pintura es un viaje intelectual cuyo punto de llegada desconocemos, pues nos lleva adonde no sabíamos. El artista se siente cómodo en la ambigüedad más que en cualquier certeza y sus técnicas mixtas testimonian su icono no referencial: manchas, formas no figurativas, trazos huidizos, collages, barnices, óleo, óxidos, indefinida mixtura que huele a sueños, texturas y colores nunca dichos que nos envuelven en una suerte de saturación visual que nos inquieta y nos inquiere sobre el sentimiento. Su lenguaje hace que la obra de SRH se reconozca fácilmente como una invitación al equívoco de la contemplación, una obra profundamente personal, desasosegante, irreverente, en una continua búsqueda del sentido. Y es que en él hay una absoluta fidelidad a lo sentido, al querer decir, y no una fidelidad a la línea, al color, a las formas referenciales... Lo que está en juego en la obra de SRH es el sentido del todo a través de ese acentuado carácter simbólico que crea una peculiar geografía de los sentimientos trufada de un original imaginario. El saber técnico le ayuda a «hacer»; el saber humano le ayuda a «ser». La pintura de SRH nace del vacío llenándolo y no sabemos si es su pincel el que hace surgir el arte o es el arte el que mueve su pincel. En este paraíso a las afueras podemos escuchar los ecos que resuenan en su interior, provocados por su mirada al mundo; un vacío que toma forma... jirones de vida.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España