Bordado y collage sobre lienzo, representando de una forma peculiar la reflexión sobre lo poético de lo cotidiano.

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La artista nos presenta una peculiar reflexión sobre la poética de lo cotidiano, de trazos delicados y colores rotundos.

Sus figuras solitarias caminan sobre la cuerda floja cargadas con un pesado bagaje, huyendo divertidas sobre un campo de tareas impuestas, desdoblándose o intentando limpiar la inconmensurable mancha de la monotonía.

El espacio privado se convierte en un paisaje onírico donde las espumaderas polinizan y la sopa cambia de color, un paisaje de grandes horizontes y páginas en blanco en el que tienen cabida todos nuestros sueños.