Descripción de la Exposición
Esta exposición nace de una interpelación directa a un tiempo presente que nos compromete como museo pero que recogemos con admiración, complicidad y expectación. Paco Leal opera en las líneas puras del Arte Bruto, su trayectoria revela una diversidad de miradas y temáticas no siempre bien entendidas, reconocibles solamente en las lógicas del universo outsider. Para Paco Leal el orden de las cosas, la afectación de los acontecimientos políticos, sociales, las crisis económicas, las guerras, la violencia instalada en nuestro cotidiano, contrastan de manera contundente con la evocación de un paraíso. Un espacio tiempo que nos retrotrae e una cosmogonía de una era situada en un territorio utópico donde la belleza, la sencillez y la bondad confronten a la distopía que habitamos y que como género humano hemos construido de manera tan perjudicial para la especie y el planeta. La historia de la humanidad es la perdida de la Itaca de Ulises. El paraíso perdido, el lastre de una inocencia corrompida, la vulnerabilidad que se aferra a un imaginario que nos vuelva puros. No hay nada inocente en la mirada de Paco Leal, más allá de su propio espíritu, esta exposición asienta una mirada concreta validada desde el pensamiento universal inspirándose en dos referentes de la pintura clásica, Durero y Lucas Cranach. Concretamente en sus obras “Adán y Eva”. Una iconografía que perdura desde un tiempo inmemorial y que ha sido fundamental para la construcción y narrativa de occidente.
Este paraíso que Leal construye, en dialogo con los grandes, genera inquietud, asombro y reflexión. Incorpora con maestría en su visitación al paraíso, códigos decoloniales, hace presente la negritud como un paraíso olvidado que él pone en primer término. La combinación de los colores primarios reflejan una necesidad de conectarse con la base, un sentimiento de sencillez que opera sin necesidad de justificación ante la composición y el mensaje.
En esta ocasión, tras los 8 lienzos y 12 papeles creados, Paco Leal invita a una serie de artistas a acompañarle en su reflexión como pintor e interpela a que otros acepten el reto que el ha puesto sobre el tablero y se contagien de su foco, de su mirada, de su anhelo. Esta exposición incluye junto a la obra de Paco Leal realizada en residencia en este museo durante 3 meses, la obra de aquellos compañeros de profesión a los que Leal brindó una pared acotada en medidas como un gesto generoso, pero al tiempo motivador de hacia donde ha de ir la pintura y su sentido en la sociedad que tenemos por delante.