Descripción de la Exposición
Dicen por ahí que el heredero bastardo al trono de Inglaterra, Edward James, soñó con la Huasteca Potosina mucho antes de haber construido su castillo surreal en ese paraíso tropical al cual se accede por áridos parajes. Encontrar la tierra prometida no fue fácil, pero al llegar a Xilitla, maravillado por las aguas claras de sus cascadas, se detuvo a admirar la belleza del lugar, y en ese momento, todo su cuerpo fue cubierto por blancas mariposas. Ese fue el presagio que indicó, con varios pares de alas, el lugar adecuado para la construcción del castillo. Ahí llegaron a congregarse numerosos artistas surrealistas quienes, junto a los locales, celebraban místicas ceremonias en medio de la selva.
Imagino que magníficas historias como la de Edward James motivaron a Endy Hupperich (1967, Kaufbeuren, DE) a hacer de México su hogar en 1992. Esta tierra de posibilidad, paraíso de lo improbable, le inspiró a crear un cuerpo de obra que entabla diálogos entre lo casi-fantástico del cotidiano mexicano y sus raíces alemanas, influenciado por ideas de los "Neue Wilden'' (Nuevos Salvajes), un movimiento avantgarde conformado por figuras como Albert y Markus Oehlen, Werner Büttner, Salomé, Bernd Zimmer y Martin Kippenberger.
Los Nuevos Salvajes surgen en los años 80 como la manifestación del hastío que sentía la juventud artística por el arte conceptual y el minimalismo, que sentaba sus bases en el significado y el entendimiento. Dirigidos por la expresión emocional y subjetiva, socavaron las convenciones de la posguerra, dando paso a la narrativa personal y al gesto espontáneo. Estos artistas dieron paso al uso de la imagen como medio y proceso, sin finalidad, ni fin. En sus exposiciones era frecuente encontrarse con una gran variedad de estilos, paletas de colores vibrantes, referencias despreocupadas a modelos históricos del arte, elementos de la cultura popular e, inclusive, conciertos punk.
paisajes estrellados - bodegones revueltos propone un jugueteo pictórico, donde la imagen se impone como el lenguaje inmediato para capturar el surrealismo inherente al paisaje mexicano. Al recorrer la exposición, tomaremos un paseo por los calurosos pasillos del Mercado de Sonora, saltaremos sin problemas de las calles bulliciosas de una ciudad de la república a otra y tomaremos parte en rituales de la abundancia, utilizando polvos mágicos adquiridos en nuestro puesto de brujería de confianza. La obra deja claro que el pensamiento y conocimiento no se generan de manera lingüística, sino, al menos en igual medida, incluso más de lo esperado, a través de imágenes. En este sentido, la pintura de Endy es una herramienta que recupera situaciones: momentos de vida y oportunidades para trasladarnos y proyectar deseos genuinos que vayan más allá de la estética homogénea (y beige) impuesta por la sociedad de consumo.
En la instalación barra del burro-sireno, souvenir playero que el artista nos trajo de alguno de sus paseos por Ensenada, son evidentes sus inspiraciones multi-relacionales, así como la costumbre de recurrir al objeto tridimensional para proyectar nociones que convierten a la imagen en un ente activo dentro del espacio. Al trabajar con el rótulo, la serigrafía e íconos de la cultura popular mexicana, Hupperich ‘tropicaliza’ el neoexpresionismo alemán en composiciones que celebran la fusión entre lo pragmático y lo extraordinario.
Como en la vida hay que saber sacarle provecho a todo, los papeles utilizados en la serie de monotipos huuh, desde el esfuerzo hacia la aparición han sido intervenidos por merma que queda en la paleta de pintura después de una sesión de trabajo. La serie está conformada por tres arquetipos que atañen a todo ser: la vida, la suerte y la muerte. Los esfuerzos representan a la vida, encarnada por la diosa Tlazoltéotl: la madre tierra, la fertilidad y la sexualidad. Los huuh's, personifican al dios Mictlantecuhtli o "Señor de la Tierra de los Muertos", quien no perderá la oportunidad de sorprendernos. Finalmente la aparición, encarnada en bota de la lotería, nos recuerda que la vida es un juego donde hay que estar atentos. Este objeto universal se encuentra tanto en el rancho mexicano como en el campo Austriaco, donde la suerte y la música son parecidas.
Las superposiciones erráticas de calles, formatos digitales, posters, rótulos, vallas publicitarias y vegetación exuberante en obras como Pacífico, Güero mexicano y Avenida patriotismo y el trasvestismo de un bufón de Velázquez que se siente una revolucionaria adelita en Recién acondicionado, develan los sincretismos característicos de una práctica que sólo existe como un proceso interminable, donde una obra, al igual que el paisaje callejero, nunca está completa (mientras esté en el taller) y donde la risa es tan importante como la técnica.
Hupperich habita un mundo mexicano donde todo es posible, donde lo fantástico y lo más horrendo coexisten y la imagen reina soberana, autónoma y singular, sin buscar ser interpretada ni traducida. Su dedicación por reflexionar sobre la pintura, no sólo como un pintor virtuoso y versátil, sino también como alguien profundamente comprometido con la exploración de su entorno inmediato, ha hecho de Endy un pintor mexicano-alemán en lugar de alemán-mexicano. Sus observaciones perspicaces lo han integrado de manera indispensable a estos paisajes improbables, como el castillo de Edward James es ahora inseparable de la Huasteca Potosina. Su obra nos insta a liberarnos del mundo dominado por el espectáculo y a abrazar la contradicción; a buscar la autenticidad sin temor a sentir nuestras propias sensaciones y reflejarlas sobre sus lienzos. Porque, como dicen por ahí en México: “él que sabe, sabe”.
Yes Escobar
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España