Descripción de la Exposición La voz de Rosa Villalón dibuja, en el silencio y los ademanes de intención alegre, con cierto quiebro melancólico, aquellas mismas cosas que urden sus pinceles, como quien se cuenta a sí mismo el tacto y los sonidos, el sentido inconmensurable de los aromas con vocación de presente traído de la memoria a la memoria y en la metáfora del gusto toda la sensualidad recogida en torno a la mirada. Uno se pregunta qué razón es aquella que lleva al observador a esperar un gesto, una voz, una mirada cautiva por parte de la pintora hacia sus propios colores. Las sensaciones, entonces, se amontonan. No por claudicación a lo propio de cada cual, sino porque en su pintura se ajusta sin métrica aparente, un clamor sin estruendo. Un clamor que se recoge en torno a la intuición, siendo por eso por lo que puede revelarse certero y ser entendido. El suyo, así, es un indicio de alegres momentos pensados hasta la pena y la melancolía que, por fin el observador descubre, es la íntima relación de la pintora consigo mismo. Una pintura tocada en primera persona de colores aprendidos y queridos, de formas ausentes, vacías de vacío, abierta al interior como si el cielo fuera refugio sin forma, bajo el cual los objetos se hacen objetivos en conductas y los conceptos juegan su papel subjetivo sujeto a formas descompuestas en lo esencial. En este sentido la expresiva fortaleza en la obra de Rosa, muy bien pudiera llevarnos de la mano por el sendero de un presente donde la abstracción se articula como dispensador de contenidos. Pero el modo en cómo la autora traza sus composiciones, nos habla de una sensibilidad arraigada en la comprensión ordenada del mundo. Un mundo que propone imágenes naturales con la más absoluta capacidad evocadora que, sin embargo, no llega a debatir acerca de las emociones compartidas para las que no existen formas constantes al margen de las circunstancias. Y ahí es donde pone el acento. Se mueve en ese terreno donde todo es un pálpito. Porque su pintura, de lejos, se construye repasando la mixtura de los cuerpos, el paisaje, los objetos y la transparente poesía que los anima. Conoce la carne como un regazo porque la siente y la ha pintado, la tierra porque desde ella trasciende y los objetos en forma de arquitectura o detalles porque son argumento de la propia vida. Todo ello lo conoce porque ha visto que desde aquellos lugares deriva un derredor capaz de trazar cuestiones que se acumulan en la materia construida de la pintura. Pintura que son llagas y caricias, desaires y soledad, que Rosa pinta y nombra de colores sin el poder distante del advenedizo. ¿Qué piensa? ¿Qué dicen las miradas de la pintura dentro de ella? La respuesta se precipita, porque es el observador quien es objeto desde la mirada del pintor en forma de pintura. Es una mirada desde el interior, la percepción íntima en función de la cual acontece la existencia. De tal forma, la espiritual verticalidad de sus formatos, desde la moderación que impone la comprensión, se antojan caleidoscopios, un cruce de caminos geométricos, planos y masas movidos por la convergencia y el soslayo mutuo. En sí, un estallido de formas donde lo natural gravita, en esencia, rutilando por un espacio que, evanescente, se esconde tras el tesón de una realidad insondable. La pintura de Rosa Villalón, no lo duden, ofrece memoria a la memoria, eligiendo en su situación, un mismo plano de prioridad bajo la impronta de un hecho que arbitra la composición. Cada cual encontrará un rincón, un recodo de referencia ligado a la individualidad de la artista, porque cada volumen de materia, es palabra que se oculta enigmática. Aquello que parece romper la unidad o la progresión de una secuencia en forma de segmento no lo es, en verdad no lo es porque es suspiro o alivio, arrebato y finitud que nos dice a cerca del ser y la permanencia. Pero en todo, pesa, más que otra cosa, el reconocimiento fecundo de la conciencia pictórica y el placer que se alberga en la incertidumbre, donde se adivina posible un encuentro forjado en el deseo.
Exposición. 26 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España