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Las colecciones del Museu Picasso son ricas en la obra primeriza del artista. En el corpus de pinturas y dibujos que configuran estos años, hay un conjunto dedicado al litoral y al espacio urbano de la ciudad ... de Barcelona. Estos espacios, continúan presentes en obras de la colección permanente del Museu hasta el año 1917. Son los paisajes de Barcelona, la mirada de un joven aprendiz de artista que se convertirá en artista de referencia del siglo XX.

Picasso llegó a Barcelona con su familia el año 1895 y vivió en la ciudad hasta abril del 1904 cuando se instaló definitivamente en París. Durante este período trascendental de su vida, el artista descubre una ciudad moderna que se abría camino hacia Europa y donde lo antiguo perduraba como un signo de los tiempos. La ciudad es un organismo vivo, mutante. Si bien determinados referente arquitectónicos se mantienen fijos en el decurso de los siglos, hay elementos que, por el contrario, se ven modificados (con mayor o menor acierto) o desaparecen por causas diversas. Entre 1895 y 1903 Barcelona centró la atención de Picasso. El litoral y el espacio urbano protagonizan un conjunto relevante de pinturas y dibujos que muestran la Barcelona de la época.

La mayor parte de los paisajes de Barcelona de Picasso tienen su epicentro en el litoral y en el casco antiguo. Son el testimonio de un tiempo y de un espacio. Son los latidos de una urbe que se proyectaba internacionalmente (Exposición Universal de1888) como sociedad burguesa e industrial, con una fuerte convulsión social, y con unas reformas urbanísticas que iban transformándola. Estos paisajes son la constatación de la evolución creativa de Picasso, el hilo conductor de su paso del aprendizaje a su vinculación con la vanguardia artística catalana y, hacia la consolidación de su primer estilo personal. Posteriormente, el 1917 presenta Barcelona con uno de sus iconos, el monumento a Colon, con un pleno mestizaje artístico.

En los dibujos y las pinturas de Picasso encontramos espacios conocidos como: la cúpula de la Iglesia de la Mercè; los arcos polilobulados del claustro de Sant Pau del Camp del siglo XII; el contrafuerte gótico cerca del estanque del claustro de la catedral; espacios como el parque de la Ciutadella y vistas de la playa de la Barceloneta con las fábricas del Poble Nou. También encontramos lugares más o menos anónimos de una Barcelona elevada: las azoteas. En definitiva, una ciudad en constante debate entre lo antiguo y lo moderno. Picasso sigue la estela de muchos artistas que, a lo largo de la historia, se han inspirado en las ciudades en las que viven o visitan, pasan temporadas, etc., para crear sus paisajes urbanos.

La muestra reúne pinturas y dibujos de la colección permanente del Museu Picasso y fondos documentales de diversos archivos de la ciudad.