A finales del siglo XVIII, en las principales Academias europeas, comenzó a ser parte de su docencia el dibujo de paisajes y flores. Y desde entonces comienzan a desarrollarse programas y a editarse manuales que sistematizan su enseñanza. Con estos modelos se creó el núcleo renovador de la docencia del dibujo artístico y que será el origen común de los artistas de las primeras vanguardias del siglo XX. A través de los nuevos modelos el artista desarrolla el color y la composición como los elementos abstractos que construyen el nuevo dibujo a través de la mancha y la geometría. La exposición está compuesta por dibujos, estampas y fotografías de paisajes y flores, bien en hojas sueltas o en cartillas.