A modo de ready-made, los paisajes sonoros consisten en la descontextualización de sonidos de la vida diaria para su posterior recontextualización en otro tiempo y lugar. Hacer hincapié en los sonidos que nos rodean y la mayor parte del tiempo ignoramos. Se trata en este caso de un paisaje sonoro elaborado de manera coral mediante la fusión de medio centenar de grabaciones sonoras localizadas en Internet libres de derechos de autor. La obra invita a detenerse y escuchar, repensar los objetos que tienen delante en su contexto original, en el ambiente sonoro que les rodea. Posibilita una nueva percepción de los objetos, no solo visual, también auditiva. El vídeo es resultado de la manipulación de una cinta casera de 8mm adquirida en un antiguo mercadillo. Pese a haber sido recortados los planos y el vídeo manipulado, no resulta complicado reconocer en él escenas típicas de la Semana Santa de la Málaga de mediados de siglo.