Angélica, desde muy temprana edad, se siente atraída por las artes. Durante un tiempo compagina diversas disciplinas (pintura, grabado, fotografía) realizando numerosos talleres de perfeccionamiento a lo largo de los años.

Es a partir de 1994, cuando decide centrarse en la fotografía y abandonar el resto de expresiones artísticas con el fin de poder involucrarse plenamente en el desarrollo de su obra fotográfica.

Influenciada por su infancia en tierras castellanas, se especializa en fotografía de paisaje, unos paisajes que casi nunca se nos presentan en su estado natural. Le interesa la acción del hombre sobre su entorno (siembras, barbecho, el trazo de una carretera, un objeto cualquiera habitando un espacio y apropiandose de él... ). Sus paisajes son nítidos y luminosos. Existe una voluntad expresa de transmitir mediante el juego con el color y la luz, las ... sensaciones que le produce el lugar fotografiado.

Sus paisajes son sencillos, precisos y sinceros. Todos tienen en común que son lugares vividos, sentidos, próximos desde un punto de vista físico y emocional.