Descripción de la Exposición
La Galería del Arte Benítez y Barbero ha logrado atraer por primera vez hasta Castellón a una de las figuras más prometedoras de la acuarela española, Pablo Rubén López Sanz. Su lista de premios y galardones es tan larga que valga como muestra la prestigiosa High Winds Medal en la 147th Exhibition American Watercolor Society de Nueva York, obtenida el año pasado, y en el ámbito nacional varios primeros premios del Ejército del Aire, entre otros. Su pintura en óleo pero, sobre todo, su acuarela rebosa modernidad en la composición, elegancia y dominio de la técnica.
La exposición está dividida en dos grandes series. El primer bloque contiene paisajes urbanos con sabor genuinamente americano, tanto de la metrópolis de Nueva York como de San Francisco. Vistas de calles y también imponentes puentes en blanco y negro como el Manhattan Bridge o el Williamsburg Bridge. El segundo gran tema es el agua. El elemento acuoso lo encontramos en ciudades emblemáticas como Roma o Venecia, pero también en espacios naturales más salvajes como ríos, lagunas o estanques (Tablas de Daimiel, etc.). En ambos la figura humana tiene un papel secundario, limitándose a perfiles o manchas sin rasgos faciales ni expresión. Tampoco hallaremos en su quehacer un discurso, una psicología o un mensaje. Se trata de un tema puramente estético y que funciona visualmente.
Todo el protagonismo de la obra de Pablo Rubén López Sanz recae en su manera de componer y de trabajar la acuarela. "Yo vengo del óleo y por eso no soy demasiado purista en la acuarela. La trabajo más espesa, con más empaste y contrastes. No me importa perder transparencias", explica el artista. "Es cierto que el agua me permite sacarle más partido al papel. Puedo hacer degradados más suaves, jugar con las ondulaciones o hacer unos planos más limpios", añade. Su paleta de colores fríos y grises potencia esa elegancia que emanan sus trabajos, permitiendo que los tonos sean más sutiles y la obra en general más homogénea. Su mayor aliado en esta aventura creativa es su sed de viajar y conocer nuevos espacios. Esas composiciones con puntos de vista diferentes, tanto a ras de suelo como en vistas aéreas, aportan modernidad y frescura a la acuarela.