La estética de la muerte es contundente, brutal y nos paraliza, cambiando la manera de relacionarnos con la vida. A su vez provoca una atracción inexplicable, disfrutamos de la violencia que produce la muerte en los otros, cuando la desgracia es ajena.

El arte retrata con crudeza, humor o sarcasmo estas tensiones de las que nadie quiere hablar. Podemos nombrar el Guernica de Picasso, los grabados de Goya y del expresionista alemán Otto Dix, las series de accidentes de Andy Warhol, los animales embalsamados de Damien Hirts.

Los objetos y dibujos de Pablo Peisino son obsesivos sobre el tema 'calaveras' cercanas a los íconos de la cultura popular y los remake literarios y cinematográficos. Por su parte Emiliano Arias aborda diversos hechos históricos con una particular sensibilidad poética no exenta de carga ideológica. ... Ambos artistas dialogan entre la pulsión 'vida y muerte', en una espacio de confluencia de esa energía poderosa responsable de los peores desastres y las maravillas creativas más espectaculares.