Descripción de la Exposición Los paisajes mediterráneos de última hora de Pedro Roldan proclaman cumplidamente que éste singular artista se encuentra en este momento de madure/, creadora que dice de su maestría absoluta. Se trata de ese momento crucial en el que los artistas son capaces de despojar a sus creaciones de todo lo que es superfluo para acumular en ellas solamente aquello que tiene transcendencia. A estas alturas de la trayectoria artística de Roldan sus paisajes mediterráneos son un dechado de armonía, lo mismo en sus arbitrariedades cromáticas que en sus conjugaciones coloristas, e incluso en el encanto de sus tersuras matéricas. No es extraño que establezcan y tensen tan fácilmente el hilo de la comunicación emocional. Claro está que el artista consigue prodigiosamente idénticas alturas tonales en dichas conjugaciones cromáticas. Por otra parte extiende con unas tersuras que recuerdan las planificaciones del temple las masas de gamas azules fastuosas, a las que añade la magia de reflejos acuáticos deliciosos, y por si todo ello fuera poco consigue para sus paisajes silencios infinitos debido en buena parte a la ausencia de ellos de figuración humana ni tan siquiera como contrapunto. Continúa salpicando sus paisajes con esos puntos ovoides cromáticos irreales que constituyeron siempre su firma. Ahora sigue situándoles, pero la mayor transcendencia de su obra hace que la forma pictórica de Roldan sea ahora la de 'las soledades sonoras y los silencios infinitos'.