Descripción de la Exposición
Hacia una Geometría Orgánica
María Luz Cárdenas
Arturo Quintero mantiene una rigurosa y constante investigación a partir de aproximaciones sucesivas a la geometría y las matemáticas, para construir una propuesta que subvierte los principios rígidos de las ciencias exactas y genera como resultado un espacio orgánico de conexiones infinitas.
La serie Ovoidal inscribe sus planteamientos en trabajos anteriores donde exploraba la matriz geométrica de MC Escher, fracturando la malla reticular oculta en el plano original a través de un patrón de líneas curvas con rotaciones graduales. Sin embargo, este desarrollo se despliega en una trama oval donde la forma adquiere movimientos inusitados marcados por la flexibilidad. Apreciamos entonces un proceso de multiplicación de las formas que se tejen entre los espacios en blanco de los módulos. Las transformaciones son inagotables y generan mezclas de secuencias que combinan el orden y el caos. Pero también cambia la relación con el color y, en este sentido, Arturo penetra en un territorio inexplorado con una gama de colores metalizados. Los años previos de cuidadosa experimentación le han permitido llegar a una transformación orgánica del material y a una desorganización de la geometría donde dejan de funcionar las leyes de la perspectiva y nacen paradojas visuales.
El desarrollo de cada pieza también se va dando orgánicamente: cada forma oval llama a otra sin una estructura diseñada previamente. Esto quiere decir que la retícula que siempre ha manejado el artista –la matriz original que es la del mosaico– funciona por igual, y con una gran soltura, en las curvaturas ovoideas. Sus movimientos sugieren ondulaciones que mezclan secuencias más sutiles, ligeras, menos rígidas. Pero lo más interesante de esta nueva experiencia es la manera como se producen nuevas relaciones entre el material utilizado, las estructuras de la superficie y los dibujos que inesperadamente se van descubriendo en la trama, a medida que nos alejamos de las piezas. Las obras funcionan en parejas que oponen y complementan el juego de los dibujos virtuales. Los módulos primarios pentagonales se descomponen y van formando rectángulos, triángulos, rombos y curvaturas permitiendo que surjan las formas de los patrones como un resultado no previsto. Son obras para ver desde la distancia y descubrir dibujos en cada movimiento: estrellas de cinco hasta infinitas puntas, elipsis, cruces o cadenas de flores.
En 1934, el artista sueco Oscar Reutersvärd creó en el plano un objeto triangular, imposible de concebir en la realidad. En la década de los años cincuenta, el matemático Roger Penrose lo redescubrió llevando la forma del triángulo a cuadrados, pentágonos y formas poligonales, descritas como la “imposibilidad en su forma más pura”. Escher las desarrolló magistralmente en sus dibujos y grabados y, en estas obras, Arturo las lleva a un espacio virtual donde las formas aparecen, desaparecen y sorprenden a medida que se desplaza la mirada perpleja del espectador. Por entre este trazado ilusorio se genera una mayor sensación de volumen que en obras anteriores y en ello cumple un papel esencial la serie de blancos o vacíos que persisten entre cada uno de los módulos, creando dos obras que conjugan su devenir en una sola: por una parte, la que forman los módulos y, por otra parte, la que se produce entre esos vacíos que, en última instancia, construyen un trazado infinito de dibujos virtuales. Aquí, Arturo lleva a un grado muy alto la intuición y fluidez que siempre han estado presentes en su trabajo. Nace un espacio alternativo para la comprensión visual del mundo que nos rodea dentro de un contexto de transformaciones, ambigüedades y transgresiones de la percepción convencional. La geometría se disuelve en matrices orgánicas y flexibles que incrementan su poder estructurador de la realidad y aportan elementos muy interesantes al desarrollo de la abstracción.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España