Dan Perjovschi crece en la Rumania de Ceaucescu y estudia en la Universidad de Arte George Enescu de Iasi en donde empieza a crear dibujos que, a modo de comics, comentan la vida académica de estudiantes y profesores. Su identidad artística terminará de definirse en sus colaboraciones en prensa en las que sigue la tradición de los dibujantes políticos que unen los comentarios irónicos a las observaciones humorísticas de la vida diaria. Desde este momento aparecen ya los dos grandes temas que trata en su obra posterior:

Por una parte habla de las contradicciones de la vida social y política en el mundo posterior a la guerra fría, especialmente en los países del Este que se van incorporando a la Unión Europea y que, por voluntad propia, asumen los valores que vienen del exterior sin crítica ni cuestionamiento. En estos casos los comentarios de Perjovschi son incisivos y cáusticos pero también ... llenos de ternura.

El otro gran tema es la propia situación del artista y de la obra de arte en el contexto contemporáneo y la contempla desde un punto de vista sutil, irónico y habitualmente brillante aunque marcado por un carácter profundamente escéptico.

Perjovschi ha hecho del dibujo tanto un objeto como un medio para la performance y la instalación. Dibuja constantemente en sus cuadernos, de una forma casi compulsiva y absolutamente marcada por el país, la situación o el entorno físico en el que se encuentra. En sus dibujos la línea se reduce a lo esencial, es compacta, concentrada, muy expresiva. Si el dibujo se ha considerado siempre como el medio artístico más inmediato, en el caso de Perjovschi es, además, el más rápido, el más crudo y el mas fresco, con una enorme capacidad de comunicación.

La mirada de Perjosvchi se origina en una crítica a los valores inherentes de la exposición más que en cualquier romanticismo ligado a las protestas del arte callejero. De hecho, ha manifestado en público sus reservas sobre la efectividad de la ocupación del espacio urbano público que llevan a cabo los artistas del graffiti.

Perjovschi ha participado en la Bienal de Estambul (2005) y la de Sevilla (2006) y ha realizado proyectos en el Museo Ludwig de Colonia (2005), la Tate Modern (The Room Drawing, 2006) y el Moderna Museet de Estocolmo (May First, 2006).

Para su primera exposición en la galería Helga de Alvear Dan Perjovschi ha creado un proyecto que cuestiona el significado de la obra de arte original y que se basa en la repetición manual de un mismo dibujo cientos de veces. Esto lleva a plantear diversas preguntas: cómo afecta a su precio, a la unicidad de la obra, a su originalidad...

El artista siempre se ha interesado en mantener su libertad artística para manipular e ironizar sobre el mercado. La práctica habitual de Perjovschi se basa en una reacción rápida e inmediata a los acontecimientos, por lo que la acción misma de repetir una y otra vez el mismo dibujo le lleva forzosamente a ralentizarse, a detener sus reacciones inmediatas y, en definitiva, a pensar.