Descripción de la Exposición «-¿Le importa que ponga la radio? - El caso es que sí. No me gustan las influencias externas. - ¿Externas? - Así es. El mundo en general es un lugar desagradable. ¿Por qué dejarlo entrar? Noticias sobre el ganado. Cantos navajos. Decapitaciones. Bestialidad. Nada ha cambiado. La muerte negra. La Inquisición. Las Cruzadas. La Conquista de México. ¿Qué ha cambiado?» 1.49´ Don´t come knocking. Wim Wenders, 2005 Dividida y excedida -dos partes son más que una- la exposición ORA TORIA ORA DIBUJO 1/2 y ORA TORIA ORA DIBUJO 2/2 presenta un modo en el que el lugar destinado a «uno» no se ajusta exactamente; la exposición es doble. El conjunto toma como materia los medios de comunicación. Escindidos entre la realidad y la ficción, lo tradicional y lo que transgrede, la imagen pictórica y la digital, la distancia y lo próximo, pasado y futuro, actual y obsoleto, manual e industrial, serie y original, lo trascendente y lo anecdótico... Contracción y doble visión del sentido en los medios, en los que el antiguo mensaje (objetivo, científico y unidireccional) se presenta desplazado. En el planteamiento, lo anecdótico es un plus, un añadido, algo que se revela como incómodo para el sentido único de la información. De la autoridad del discurso mediático no quedan más que -según se advierte en las obras de DANIEL MARTÍN CORONA- rastros digitalizados y lugares especiales para el escepticismo. Una voz que, anulada y sin sentido, en tanto que repetida como conducta, se convierte en soporte de otra cosa. A través del humor -serio y contradictorio en las piezas actuales-, el mensaje de los medios queda trastocado en el exceso y el defecto permanente de lo cotidiano. Infografía, señalética, gráfica o lenguajes que dicen más o menos de lo que deberían. En este sentido: signos de vida. El título de la muestra -doble o dividida entre la GALERÍA ÁNGELES BAÑOS y la GALERÍA JOSÉ ROBLES quienes son promotores de su efecto en simultáneo- condensa, con ironía, varias cuestiones dobles. De la conjunción distributiva se entienden dos actividades referidas; ambas suceden ahora. Una está completa y acontece, el dibujo; la otra hay que dejar de entenderla o hacerla sonar. En el lugar del mensaje unidireccional aparece el murmullo, los sonidos que se confunden, una homofonía. Un nuevo y doble significado para un mismo significante, inmaterial, que hace doble ruido. Esta sonoridad, tan presente en el título, queda contrapuesta al silencio que plantean el conjunto de obras. Paradójico silencio, en el que la información por transmitir queda sustituida por la sorpresa de su posibilidad como imagen, haciéndolo de nuevo sonar en múltiples sentidos. Vídeos con diversas voces de la sociedad contemporánea abren una serie de grandes dibujos con el trazado extraído del movimiento de las manos de los oradores. Como traducciones simultáneas, los dibujos -referidos a los gestos, al cuerpo- sostienen la múltiple ambivalencia entre dos mundos: el pixel dibujado a mano. El autor da cuenta -desplazando, multiplicando, desdoblando también su autoría con respecto a estos dibujos- que las cosas suceden en la fina pantalla, y que ésta, táctil, también puede usarse desde el otro lado. La transparencia, lejos también de ofrecer un único y claro sentido, permite confundir pantalla y acuarela. Un medio con otro medio. Las palabras se re-ordenan, y re-sitúan, con la misma variabilidad con que el pixel, como elemento, conforma imágenes. Como si fueran imanes, advierten de su situación provisional, de su próxima tendencia al sentido, de la posibilidad de algún otro modo de aproximarse. «Polos de lenguaje», cercanos y diferentes, tienden a estar adheridos; semejantes, se mantienen a distancia compartiendo identidad. Metonimia y desplazamiento; sustitución y metáfora... Las piezas de esta serie -junto al resto de las que conforman esta exposición doble- son un panorama de duplicadas disciplinas, en las que de un medio a otro, de un tiempo a otro, de un lugar a otro, se transfieren significaciones. El mensaje ha dejado de importar hace tiempo, el medio se ha emancipado, el referente se ha perdido. El signo se indica a sí mismo. Significante y medio son fantasmas, se dicen a sí mismos. La capacidad de las palabras para tener dos, tres, medio o ningún sentido, revela el desajuste del lenguaje, su propia escisión, la dificultad de atenerse a un sentido único. Entre una y otra de sus posibles significaciones puede montarse una exposición o escribir un libro. «Uno se divide en dos»: opciones, combinatorias y posibilidades, un espacio en vibración. Extra-documentos visuales y plásticos en los que pasado, presente y futuro conviven a partir de la palabra y su omisión, y en los que la imagen -afectada del mismo cuerpo escindido por el lenguaje- insiste en la diferencia y desplaza el sentido instrumentalizado. Medio emancipado, que se desdobla desmaterializado y cobra autonomía, y subraya el enlace, la estructura de construcción, la conexión permanente, el carácter simultáneo de la imagen de la realidad y el efecto virtual que sostiene esta misma realidad. El acierto de DANIEL MARTÍN CORONA es abrirnos paso en el juego establecido entre las cosas, entre su mismidad y su diferencia, entre su carácter establecido y la abstracción de sus reglas, entre lo que son y lo que puede inventarse entre ellas.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España