Descripción de la Exposición En 1995 yo escribía una tesis ('De lo insólito a lo publicitario') basada en la confrontación de dos aspectos que tienen mucho que ver con dos formas de proceder en la vida. A lo insólito yo le atribuía la esencia ((o el existencialismo), y a lo publicitario lo denunciaba por abusar de las malas artes. Mientras que lo insólito era contemplado como la fresca encarnación de una visión nueva (el hallazgo de algo visto por primera vez), lo publicitario se perfilaba como una mecánica perversa, una maquinación que grita para mitificar una mercancía sin certificado de veracidad. Si con lo insólito se abren puertas al éxtasis del conocimiento, con lo publicitario se manipulan promesas, se ofrecen verdades que no lo son o que lo son a medias. Hoy ya es cotidiana la propaganda que disfraza la contaminación de promesas políticas, artísticas, religiosas, comerciales...Pasó el tiempo y no cerré las ponencias que me proponía desarrollar en aquella tesis. Tal vez mi instinto me advertía que era preferible dejar abierto ese debate, no permitir que cauterizasen esas interrogantes. Y así, de vez en cuando, surgen hallazgos que me permiten reavivar ese proceso siempre vivo. No me fue difícil asimilar algo que dijo Goethe: 'Para comprender una creación hay que ver su génesis'. Sí, coincido, la creación de mis obras siempre ha estado relacionada con una génesis que se deriva de los mundos insólitos y sensibles. La búsqueda de dichos mundos ha predominado en las diferentes etapas de mi evolución plástica. Y así, algunas obras lograron la culminación de un proceso. Esos cuadros, son la consecuencia de una progresión estética; unas veces intuida y, otras, meditada. Así es, a los objetivos vislumbrados (intuidos) y a los análisis plásticos (meditados) se deben las distintas épocas de mi evolución: de 1973 a 1976, de 1981 a 1993, de 1996 a 2000, de 2003 a 2006, de 2007 a 2010 y, actualmente, me sitúo entre el 2011 y el 2012. En mis últimas obras lo insólito surge de unas oquedades rectangulares horadadas en el cuadro. Pero eso no es óbice para observar que, asimismo, lo insólito puede aparecer por puntos de las superficies que rodean a esos fosos. Lo diré de manera contundente: mi última evolución son esos 'bicho estéticos' que brotan, por generación espontánea, de las entrañas del cuadro'. Pero lo cierto es que, la transición evolutiva se inició en 2008; entonces, los planteamientos insólitos nacían de la convivencia de las texturas de fondos con unos artificios geométricos de escaso volúmenes. Ahora, los nuevos cuerpos, de mayor volumen tridimensional, emanan del interior del cuadro. ¿Yacen en fosos, se asoman a ventanas, abren puertas...? ¿Qué dentro o detrás de cada una de esas oquedades? La emisión de sugerencias, o la emanación de mensajes subliminales a través de esas profundidades, ofrecen multitud de posibilidades dialécticas, reflexiones, razonamientos... Las posibilidades compositivas que ofrecen el posicionamiento y las combinaciones de las mencionadas oquedades rectangulares, también merecen una reflexión estética o técnica. En el cuadro aparecen uno o más fosos, éstos ocupan posiciones estratégicas y dinámicas -es bien sabido que un simple punto situado en un rectángulo crea tensiones compositivas y visuales-. Otro factor compositivo, las lajas o tapas que se sitúan dentro o fuera de la fosa, complican el carácter compositivo de cada cuadro: Para formular la unidad del cuadro -o de cualquier intento minimalista- han de ingeniarse complicadas soluciones de aparente sencillez. Las supuestas tapaderas, movidas, giran su posición original para dejar ver una parte del interior de la oquedad. En ese interior, otros planos se inclinan o retuercen para albergar los elementos corpóreos; todo cumple con una función esotérica y dialéctica; abordan los planos del subconsciente o del conscientes. En resumen, ese mundo posibilitado entre meditaciones estéticas y subliminales, pueden alcanzar aspectos ilimitados, sugestivos, inasibles... Tantas y tan complejas consideraciones significan que lograr una obra de arte, una que cumpla con los requisitos de utilidad para nuestro género, ha de ser algo insólito; por no decir milagroso. Un amigo bueno, critico de arte, no hace mucho me aconsejaba que nunca perdiera la capacidad milagrosa de hacer una obra de arte. Esto me hizo meditar sobre tan dura premisa. Sí, yo creo que el nacimiento de una obra de arte en toda su dimensión, efectivamente, tiene mucho de milagroso. ¿Qué es si no la traslación de un mundo visionario al terreno de la plasmación gráfica? Mi empecinamiento es el de la madurez: cada paso que doy va encaminado a conseguir que, cada obra que finalizo, alcance a ser insólita, que esté viva y que emita su propio mundo plástico. Pero hay algo más que puede decir una obra de arte: nada perjudica tanto al intelecto como la falta de resistencia.
Exposición. 09 oct de 2024 - 10 mar de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 15 oct de 2024 - 30 jun de 2024 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España
