Descripción de la Exposición Nacida en Santander en 1981, en Cantabria vimos su obra por primera vez en la galería Siboney en 2005 en una muestra conjunta titulada La mina no está agotada, junto a Manuel Losada y Álvaro y Trugeda. Desde esa fecha, muchas cosas han pasado en la vida y en la trayectoria artística -ambas resultan indisociables en su caso-, y algunas de ellas, se evidencian en esta nueva muestra de la galería de la Calle Santa Lucía, que bajo la proclama de Open Space, reúne 13 pinturas al óleo sobre papel, realizadas este año por la joven artista, que ha recorrido un largo camino en la definición y concreción de su lenguaje pictórico, a la vez que ocupa ya un lugar propio y peculiar entre sus contemporáneos. En estos años transcurridos, debe reseñarse un episodio muy particular, que quedó reflejado en la muestra titulada Building Saja, en el pasado 2012, en la Galeria Van der Mieden de Amberes, que se acompañó de un hermosísimo texto de Enrique Juncosa, que lo iniciaba subrayando su asombro. Decía 'Nos asombra, en primer lugar, por las sensaciones de optimismo y generosidad que desprende, y que están manifiestas en la capacidad de invención de una cornucopia de imágenes abstractas, y en la seguridad y determinación con que este proyecto se ha llevado a cabo'. La obra que presenta en esta muestra, evidencia que su imaginario imaginario responde a un sensibilidad miniaturizada, porque es plenamente consciente de que es en lo mínimo, en lo que podría resultar imperceptible, envuelto o asfixiado por la forma general, donde habita la sorpresa y se genera sentido. También, porque en la interioridad en que se resuelve, lo propio es lo pequeño y singular, y lo demás entorno ambiente. Entre lo intuitivo y lo meditativo, entre las formas reveladas y las evocadas, entre la figuración y la abstracción, en un territorio de fronteras imposibles, de límites sólo impuestos por el lenguaje de la propia pintura, sin urgencias, sufriendo y disfrutando al mismo tiempo con el proceso creativo, Vicky Uslé nos hace seguir confiando y degustando los valores plásticos de la pintura, de su belleza y su misterio, a la vez que se afirma como una de las artistas más poéticas, sutiles y con talento de su generación. La vocación de Vicky se ha ido afirmando sin urgencias, cuidando todos los detalles, madurando en el estudio, la reflexión y la práctica de la pintura, tratando de encontrar una voz propia en medio de la polifonía del momento actual, en el que son frecuentes los éxitos con canciones de estribillo fácil, y la repetición de fórmulas que conducen a una popularidad efímera y saludablemente olvidable. ---------------------------- En una entrevista con Denys Chevalier, Joan Miró diferenciaba teóricamente su estilo pictórico elaborado, en el que el trabajo prevalecía sobre el gesto, de su estilo espontáneo, más impulsivo y directo, asociado a los procesos oníricos, que suponía para él como 'unas vacaciones para el espíritu'. 'Quería que las manchas parecieran abrirse, como disponibles, ante la atracción del vacío. Estaba interesado por el vacío, esa vacante perfecta'. Esa necesidad de ligereza estaba asociada al placer de fluir con el elemento, de expresarse plásticamente desde el interior con la libertad a la que invita el instante, de discurrir por la tela o el papel y dejar el rastro del recorrido, como lo hace un caracol. La invitación del papel en blanco es sin duda una de las que más poderosamente atraen al ser humano, desde que somos niños: intervenir ese espacio, hacer una transfusión de energía de la manera que sea, con trazos o palabras, doblándolo, rompiéndolo o fabricando, pero hacer algo con esa 'vacante perfecta' a la que alude Miró. Es quizás una cuestión de yin-yang, de polaridades de realidad, que tiene que ver con nuestra inherente tendencia creativa. Si Miró apuesta por esa pulsión automática, Paul Klee, cuyas obras y dibujos ligados a la Bauhaus se han podido ver recientemente en Madrid, da un paso más y busca cierta ilusión óptica. Trabajando con las sencillas posibilidades que ofrece la psicología de la forma y nuestro sistema de percepción, muestra -a sí mismo y al espectador- que con muy poco se puede soñar. Seducido por las enseñanzas de Kandinsky sobre cómo se comportan el punto y la línea sobre el plano, investigando cómo se comunican los colores cuando se unen en el lienzo, Klee juega (por supuesto estudia y teoriza, pero sobre todo juega) como un niño sobre el papel y verdaderamente sobrecoge con sus hallazgos mágicos y sinceros. En estos campos estéticos, en los que orden y caos se debaten con sutileza, crecen los dibujos de Vicky Uslé (Santander, 1981). El juego de perspectivas básicas concatenadas, que aplica con la dirección de la gruesa brocha generando volúmenes con apenas delicados velos de color. Con cada trazo, va formando secuencias y figuras que flotan en el blanco del papel como un pensamiento. La levedad, una de las seis propuesta de Italo Calvino para este milenio, está contenida en estos dibujos, y resulta refrescante en momentos tan pesados y recargados iconográficamente como los que vivimos. Casi se puede sentir el hedonismo de la artista dejando correr el pincel por la superficie y su asombro al generar los sencillos volúmenes, al acabar una figura y decidir que ésta ya nos está contando algo. En ocasiones los planos de color dialogan con la línea y resulta un productivo encuentro que enriquece la figura. Se diría que la dimensión espacio se encuentra con la dimensión tiempo, sin la cual la anterior no es posible -como nos enseñó Henri Bergson- y de cuya intersección surge la durée, ese fluir continuo, ese tiempo relativo ligado a la conciencia y la memoria en el que las cosas suceden y es posible la libertad: 'La duración toma así la forma ilusoria de un medio homogéneo y el lazo de unión entre estos dos términos, espacio y duración, es la simultaneidad, que podría definirse como la intersección del tiempo con el espacio'. Una de las cosas más importantes que debemos agradecer al arte es recordarnos siempre esa relatividad del tiempo, su capacidad de sacarnos de la prisión cronológica y fluir sin problemas entre pasado, presente y futuro e, incluso hacer desaparecer dichos conceptos. Y cuando el artista, como ocurre en este caso, se arriesga a componer con muy pocos elementos, otorgando al vacío tal protagonismo, nos infunde la sencillez necesaria para transitar lo esencial. Vicky Uslé ha titulado esta exposición Open Space apelando a las infinitas posibilidades que un espacio ofrece a la creación, a la generación de formas, de habitáculos, de estructuras que se generan a sí mismas tanto como al dictado del artista, en un camino gozoso e hipnótico de ida y vuelta. Si bien en algunos dibujos el trazo se contenta con la sinuosidad del discurrir atravesando el plano -interactuando gesto y pigmento-, en otros hay un afán constructor y la figura que se genera adquiere la capacidad de albergar. Improvisadas arquitecturas flotantes se convierten en receptoras, crean un espacio propio, distinto de ese otro que las contiene. Y así, la artista nos explicaba en un texto para su exposición Into Habitats de 2010: 'Surge la necesidad de construir espacios a la vez abiertos y acotados, con posibilidades de convertirlos en un hábitat propio, espacios para una supervivencia humilde, digna y orgullosa a la vez. Espacios silueteados, nominados, contornos generadores de una membrana suficiente para protegerse, guardarse y desde allí imaginar y perderse dentro de orgánicas e inciertas estructuras'. Busque, elija o imagine cada cual su locus amoenus. Lidia Gil
Premio. 09 sep de 2024 - 13 oct de 2024 / Madrid, España
Exposición. 25 sep de 2024 - 10 mar de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 15 oct de 2024 - 30 jun de 2024 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España