Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Sobre superficies de diáfanos papeles, o de brillantes metales, una realidad cincelada en la belleza insistente y el diálogo entre silencios y susurros cromáticos, aparece la escritura plástica de Anabela San Vicente en un nuevo homenaje al collage. Irradiando respiraciones angulares de líneas sin nombre, de misteriosos tonos de color, la superposición de pedazos del material utilizado, crea una extraña poética de luces, sombras y transparencias. Esta es la obra de la mujer artista del papel y ahora de metales de latas de aluminio o chapas de botellas encontradas en depósitos anclados en algún sitio a la espera de ser reutilizados, otras exploraciones en el collage con diferentes materiales. Sin embargo es el mismo gesto extraído de una realidad de arte en configuraciones no sugeridas por el mundo visible; gesto que se manifiesta en abstracciones del pensamiento, en teorías del arte y en conceptos ligados a la naturaleza interior del Ser. De nuevo la geometría del cubo, insistentemente trabajada desde el principio de su quehacer plástico, dirige la estructura compositiva en arquitecturas visuales comprometidas con altos niveles de concentración que responden a la esencia del papel o el metal. En la serie 2012, los collages se sustentan sobre apropiaciones de texturas y colores de pedazos de metal corroído, ruinoso, roturado por la acción del agua y el sol, buscados, encontrados y luego impresos sobre el papel de seda. Visualmente es la propuesta estética de una artista que trabaja el collage como centro de su producción, logrando belleza a partir de otra belleza, la espontáneamente carcomida por la acción del tiempo o la luminosa lograda por el brillo metálico del metal en sus rosetas. En este nuevo trabajo, Anabela San Vicente apuesta a la delicadeza y pulcritud de la superficie del material. Con creatividad se adapta a sus exigencias para extraerle las máximas posibilidades plásticas a fin de provocar efectos visuales, táctiles y matéricos, tanto en lo formal como en lo conceptual. No hay tema, solo afectos y emociones, relaciones espirituales con el entorno, un estado mental, el zen del recogimiento y la meditación más cerca a atmósferas metafísicas. Un microcosmos se crea sobre la superficie del collage, cuya propuesta estriba en la experiencia estética, visual y emocional, en los ricos y bellos contrastes entre luces y sombras. Todos ellos, papeles, rosetas y mallas tejidas en chapas de botellas, generan movimientos multidireccionales por el desplazamiento de la fuente lumínica y del espectador, efectos cinéticos de cambios de color y luz que otorgan a sus superficies una poderosa movilidad plástica. Los collages de Anabela San Vicente, representacionales de universos no objetivos, no figurativos, expresan las relaciones privadas de su creadora con el universo no visible, conforman, entonces, una compleja gama de significados que remiten al espectador a su propia experiencia cotidiana. A partir de un cuidadoso estudio formalista, y valiéndose de todo el repertorio plástico, color, luz, forma, espacio y sus relaciones concomitantes, ritmo, movimiento, etc., el material, papel, chapas de botellas, envoltorios de ponquecitos y pedazos de latas de aluminio, aparentemente todo escogido al azar, al trabajarlos con conciencia y siguiendo códigos artísticos, se convierten en delicados y hermosos entramados de papel, de metal o mallas tejidas, con el preciosismo de una pintura. Autosuficientemente expresivos en su configuración y eficientes en el ordenamiento que la artista ha decidido de acuerdo a la morfología del material, a veces difícil de explicar por analogías verbales, el misterio de estos collages se instala en el universo del hombre de acuerdo a sus asociaciones emotivas con su cotidianidad existencial, de allí que sus significados pueden ser varios, dependiendo de las sugerencias simbólicas que motiven en el espectador. Poética existencial expresada en un ejercicio individual recreado en las transparencias generadas por la superposición de papeles coloreados o de metales incandescentes. Anabela San Vicente rescata el valor de la emoción en el arte.
Con un particular proceso creativo que comienza con la idea de reciclaje, la recolección de metales y el rescate del potencial estético de éstos, San Vicente trae a las salas del GDEV el resultado del proceso de unir, superponer y componer un todo unificado, un collage.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España