La planta baja y entresuelo del Casal Solleric acoge una exhaustiva revisión a la obra de Bernat Sansó, que permitirá conocer en profundidad la evolución de su trabajo a lo largo de los últimos diez años, coincidiendo con su etapa de residencia en París.

Sansó forma parte de una prolífica generación de creadores cuyo obra se desarrolla inicialmente bajo la influencia magistral de Miquel Barceló, pero que ha ido materializando con el tiempo un personal discurso plástico, en el que se entremezcla su devoción por el paisaje natural –temática recurrente en buena parte de su producción– con un inequívoco espíritu de innovación.

Andreu Manresa, refiriéndose al artista, ha escrito: "Retraído, el pintor protagoniza su pintura, planta su cuerpo ante a la tela y no combate, a punto de amarla o como si adorase el mundo, extiende los brazos del tronco y frota la piel y el pelo, mueve entre los dedos un ... carboncillo sobre el blanco, gira y raya, señala, más allá de los dos metros y medio, y hace como una bóveda, un arco con interrupciones, delimita un cuadrado imaginario. Prueba los extremos, las fronteras del cuerpo y de sus vientos y suelta una figura o muchas, o también hace y deshace sin orden un caudal de rayas y pinceladas".