(Madrid, 9 de junio de 2023). Se dice que la mejor prueba del amor al libro de una persona es su biblioteca. Y la actual Biblioteca Lázaro Galdiano es un testimonio de las cualidades de un bibliófilo que sentía “delirio por las letras”, tal y como José Lázaro expresó en una carta a Clarín, y uno de los máximos exponentes culturales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, con una predilección por ejemplares bellos, raros e interesantes, así como por la delicada conservación y cuidado tanto de los libros como de sus encuadernaciones. Una biblioteca exquisita y variada temáticamente que permanece unida, el más deseable logro de un buen bibliófilo, y que reúne solo en su fondo histórico y patrimonial 20.000 volúmenes que, por su calidad y diversidad, la califican como una de las mejores colecciones europeas. En palabras de José Simón Díaz, -bibliógrafo y filólogo español,...autor de la obra Bibliografía de la Literatura Hispánica, y experto conocedor de los fondos de la biblioteca-, “D. José Lázaro, partiendo de la nada llegó a atesorar lo que, en el mundo privado, solo es comparable a las colecciones que algunas casas nobiliarias e instituciones eclesiásticas acumularon a lo largo de varios siglos”.
Bajo el título Obras escogidas de la Biblioteca Lázaro, siglos XIII al XX, y comisariada por la directora de la Biblioteca, Carmen Peguero, mostrará, así, una selección de 17 obras impresas y manuscritas en una ocasión única para poder ser contempladas y que, según la directora de la Fundación, Begoña Torres, conforman una fuente primaria para entender la historia del libro. Libros que reflejan el gusto por lo bello y lo raro, algunos ejemplares únicos, incunables, encuadernaciones artísticas… Ediciones espléndidas que recorren el tiempo y que, desde el 13 de junio hasta el 10 de septiembre, se podrán admirar en la Sala 6 del Museo.
Fruto de la predilección de José Lázaro por los libros miniados de época medieval, en la exposición se podrá ver, entre otras obras, una copia lujosa manuscrita de Las propiedades de las cosas, con miniaturas de factura excepcional desde el punto de vista artístico. Hay hasta veintiséis, en las que se representan desde la creación del mundo según el Genésis, el estamento de los ángeles, los planetas, la creación de los colores, las edades del hombre y otras muchas escenas. Al lado, se expondrá la misma obra, un incunable con grabados xilográficos en una edición al castellano traducida por Fr. Vicente Burgos e impresa en Tolosa (Toulouse) en 1494 que Lázaro conservaba y cuyo texto alcanzó gran popularidad.
Conservado con extrema delicadeza, la exposición también ofrece la oportunidad de ver un manuscrito del siglo S. XIII en el que se muestra una de las primeras representaciones de la imposición de la casulla por parte de la Virgen a San Ildefonso, arzobispo de Toledo.
Una muestra llena de eclecticismo y valor cultural
Lázaro reunió obras que destacan por su valor literario. Entre las numerosas ediciones de los autores clásicos de la literatura española, mostró gran interés por las obras de Miguel de Cervantes, especialmente por El Quijote. De los varios ejemplares que se conservan de esta obra en la Biblioteca, se ha elegido la primera edición publicada en Londres, que aúna tanto la predilección del coleccionista por las ediciones magníficas como su exquisito gusto por los libros ilustrados. De hecho, era sabida su atracción por las encuadernaciones artísticas. Llegó a reunir una colección de ellas con ejemplos representativos que abarcan desde la Edad Media hasta las primeras décadas del siglo XX. Por ello, se podrá ver una de las más representativas de esta época, perteneciente al periodo barroco, con decoración en abanico. También la copia manuscrita del Corán, bellísima obra con decoración iluminada y policromada en su interior, que destaca por su espléndida encuadernación en forma de estuche, lacada con motivos florales e igualmente policromada. Un ejemplar que antes de ser adquirida por José Lázaro perteneció a la colección de William Randolph Hearst.
Aunque sorprendentemente no tuvo exlibris, su admiración por los autógrafos le condujo a coleccionar importantes epistolarios, documentación archivística, con firmas de reyes, nobles, literatos, músicos, que se encuentran en la Biblioteca y el Archivo. Para la exposición se ha elegido un álbum romántico de composiciones poéticas, musicales y dibujos lleno de preciosismo y dedicados a su propietaria, María Dolores Perinat y Ochoa de Pacheco.
Infinita curiosidad, conocimiento, inquietud, admiración
Los que conocieron a José Lázaro y compartieron con él sus inquietudes culturales en la sociedad madrileña de la época, ya sabían de su acervo intelectual y de su preocupación por difundir la cultura: “Me daré por muy contento si logro propagar la cultura entre los individuos de mi raza… que es lo que más falta hace en este desventurado país”, llegó a escribir. No solo admiraban sus colecciones de arte, dispuestas en sus casas -primero en la Cuesta de Santo Domingo, después en la calle Fomento y posteriormente en Parque Florido-, sino también sus libros, que ocupaban además de su Despacho-Biblioteca otras estancias del palacete madrileño. Su afición le llevó a formar una reconocida biblioteca de bibliófilo y otra de trabajo que le ayudó a redescubrir y estudiar los ejemplares raros y únicos, auspiciado por la importante labor que llevó a cabo como editor en La España Moderna, por donde pasaron los mejores literatos del momento (Emilia Pardo Bazán, Leopoldo A. Clarín, Benito P. Galdós, Concepción Arenal, Rubén Darío, Miguel de Unamuno) y por su incansable esfuerzo y generosidad hacia su editorial.
Asiduo de las tertulias de bibliófilos, con toda probabilidad, debió adquirir algunas obras hoy conservadas en la Biblioteca Lázaro en las librerías de Pedro Vindel o en la librería Vetusta. Sus viajes y sus estancias fuera de España, sobre todo en París y en Nueva York, facilitó que estuviese presente en las casas de subastas más prestigiosas del momento, como Maggs Bros y Drouot en París. Su infinita curiosidad, su conocimiento, inquietud y admiración hacia otras bibliotecas, hicieron de la suya un fondo exquisito y ecléctico, admirado e investigado hasta nuestros días, con manuscritos excepcionales, impresos raros hasta el extremo de ser únicos, obras cumbre de la imprenta española, documentos con la rúbrica de personajes históricos… Por eso esta exposición, es una pequeña muestra testimonial de piezas deseables solo al alcance de un privilegiado que tuvo la oportunidad de adquirirlas y que se dejó guiar por el buen gusto y el amor al libro.
Imágenes de la Exposición
Corán. Manuscrito, ca. 1800. IB 15653
Entrada actualizada el el 19 jun de 2023
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