Obra invitada: Retrato de caballero (c. 1850) de Antonio Cabral Bejarano

Exposición / Museo de Arte de Almería - Museo de Arte de Doña Pakyta / Plaza Emilio Pérez, 2 / Almería, España
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Cuándo:
16 mar de 2017 - 16 abr de 2017

Inauguración:
16 mar de 2017

Horario:
De martes a domingo: de 10:30 a 13:30 horas. Viernes y sábados: de 17:00 a 20:00 horas

Comisariada por:
Juan Manuel Martín Robles

Organizada por:
Fundación de Arte Ibáñez Cosentino (ex-Fundación Museo Casa Ibáñez)

Artistas participantes:
Antonio Cabral Bejarano

ENLACES OFICIALES
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Correo electrónico
comunicacionmuseodearte@gmail.com

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Flyer de la obra invitada Retrato de un caballero (c.1850) de A. Cabral Bejarano

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Descripción de la Exposición

Desde el 16 de marzo y hasta el 16 de abril, se puede disfrutar en el Museo de Arte doña Pakyta (Almería) de la exposición de la obra invitada: Retrato de Caballero (c. 1850) de ANTONIO CABRAL BEJARANO. Considerado el patriarca de la Escuela Romántica sevillana, aquella que hacia 1830 emergió con fuerza frente al Neoclasicismo imperante y a la que también pertenecieron artistas como sus discípulos Manuel Cabral, Valeriano Bécquer o Manuel Barrón, Antonio Cabral Bejarano (Sevilla, 31/X/1798 – 1/VIII/1861) inició su formación artística junto a su padre, el pintor neoclásico Joaquín Cabral Bejarano. Tras su paso por el taller familiar, en 1812 ingresó en la Escuela de Tres Nobles Artes de Sevilla, donde culminó su periodo formativo. En 1825, después de haber colaborado con su padre en la decoración del convento de la Trinidad y el Archivo General de Indias de Sevilla, entró a formar parte del profesorado de la Escuela de Tres Nobles Artes. Institución educativa de la que fue nombrado director en 1850. Académico de mérito de la Real Academia de Bellas Artes de san Fernando de Madrid desde 1835, en 1840 fue designado director del recién inaugurado Museo de Bellas Artes de Sevilla. Artista dotado de buenos recursos técnicos, en su producción se han destacado dos etapas bien diferenciadas: una primera en la que se manifestó seguidor del frio y correcto Neoclasicismo imperante durante el primer tercio del siglo XIX, y una segunda, coincidente con su madurez artística, en la que enarboló la bandera del Romanticismo sevillano inspirado en la lección de Zurbarán y la puesta en valor del costumbrismo local. Un periodo este último durante el cual realizó numerosos y destacados cuadros de temática religiosa y costumbrista, aunque fue en el retrato donde destacó especialmente. Un género en el que, atendiendo a encargos oficiales y privados, realizó obras de gran virtuosismo en el dibujo y la composición general del cuadro, como el caso del retrato, deudor de la gran tradición retratística española, que aquí nos ocupa.

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