Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- -------------------------------------------------------
Colección, reunida por el coleccionista José Manuel Cabra de Luna, de obra gráfica internacional: Calder, Le Corbusier, Joán Miró, Louise Bourgeois , José Mª Sicilia, Tapies, Chillida, Jasper Johns, Frank Stella, Sol Lewit, Donal Judd, Joseph Albers, Sonia Delauny, Jean Dubuffet, Miquel Barceló, Broto, Hernández Mompó, Barry Flanagan, Keith Harring, Zoran Music y Roy Lichstenstein.
Apasionado coleccionista, Cabra de Luna ha ido allegando, obra a obra, pieza a pieza una importante reunión de obra gráfica internacional. Su recopilación no ha querido más que acercarse a aquellas obras compuestas con elementos planos sobre el plano, en las que rara vez se ha recurrido al volumen ni a otros recursos visuales y es este el criterio que también subyace en la génesis de esta muestra.
Morosa pero apasionadamente el coleccionista y artista José M. Cabra de Luna ha ido allegando, obra a obra, pieza a pieza una importante reunión de obra gráfica internacional. Su recopilación no ha querido más que acercarse a aquellas obras compuestas con elementos planos sobre el plano, en las que rara vez se ha recurrido al volumen ni a otros recursos visuales y es este el criterio que también subyace en la génesis de esta muestra.
De alguna manera, el coleccionista ha seguido el razonamiento del filosofo socrático Aristipo, quién, según contaba Vitrubio en sus "Vidas de los filósofos", tras haber naufragado en ignotas costas advirtió a sus desesperados compañeros de la presencia de unas figuras geométricas trazadas en la arena, entendiendo tales trazos como signos ineludibles de inteligencia y por tanto de presencia humana. Igualmente, Cabra de Luna entiende la geometría como rasgo esencial de inteligencia, aunque ya no estoy tan seguro de si asocia siempre esa inteligencia con la condición humana.
Si el plano y la geometría son dos elementos esencialmente definitorios de este grupo de obras, no lo es menos la constante gráfica. En su muy interesante “Un ensayo sobre grabado ( A finales del siglo XX)” hablaba Juan Martínez Moro de la condición mítica del grabado en el panorama artístico finisecular, fundamentada, según el mismo autor, en el desconocimiento generalizado de cuál sea el estado actual en la creación gráfica, el oscuro laberinto de términos técnicos y, por último, su capacidad de multiplicidad. Trascendidos, que no superados, estos planteamientos por las nuevas realidades virtuales y la imparable evolución de la gráfica hacia lo digital y algorítmico, José M. Cabra sigue creyendo en la obra múltiple sobre papel como un elemento de democratización del arte. Y la prueba más patente de ello es su colección misma, que sin apoyos institucionales y sin una gran fortuna personal, pero sí con una importante dedicación, conocimiento y elevadas dosis de entusiasmo reúne un notable repertorio de los más grandes nombres del arte internacional contemporáneo.
No por debatido debemos dejar de recordar aquí que, en ningún momento, este carácter de multiplicidad, lejos del aura de originalidad benjaminiano, le resta un ápice de artisticidad. No en balde, es el hecho creativo el que sustenta su genuino valor. Las abundantes posibilidades que se abren en esta época que ha superado con creces la reproductibilidad técnica estudiada por el filósofo alemán, no deben nunca apartarnos de la consideración plástica de estas obras que responden directamente al impulso creador del artista, por más que a posteriori medien diversas y variadas técnicas que hacen posible su seriación y, por ende, su disfrute por un mayor número de personas.
El coleccionista José M. Cabra de Luna, ha dicho sobre su colección ”Para quienes consideramos que la obra de arte es una condensación de saberes, una concentración de miradas posibles sobre un acontecer o una época (razón por la que una novela, una película o una obra plástica pueden contener mejor el espíritu de un momento o de una situación que un tratado de historia), el coleccionar arte es una obligación que toda generación tiene para con las siguientes, a más de un maravilloso disfrute para sí misma. Y una colección sólo es posible hacerla desde la pasión, desde el enamoramiento (aunque, como en todo amor, el coleccionista pase por muy distintas fases en su relación con esas cosas que ha ido trabajosamente reuniendo). Es un tópico el binomio colección / pasión, pero es cierta esa unión. Cuando quien colecciona es una institución, detrás de ella siempre aparecen o un mecenas concreto o uno o varios especialistas que marcan el sentido de esa colección y esa labor de búsqueda, de coordinación, de “dación de sentido” sólo es posible desde un amor ilimitado por la tarea, es decir, desde una actitud apasionada. Aún más obvio resulta ello si quien colecciona es una persona. En ese caso, y de forma irremediable, detrás de una colección personal hay una vida. “Dime de qué obras te has rodeado y te diré quien eres”; es esa una verdad incontrovertible.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España