Descripción de la Exposición
Las almas las carga el diablo
Dice Juan que todos los objetos tienen un alma. Y me acuerdo de Tito Muñoz, el poeta, que dice que él tiene un alma... ¡y está cargada!. Las almas las carga el diablo. Las de los objetos, ese diablillo que es Juan Vidaurre, que descubre en ellos lo que no se ve, que está ahí, pero que alguien tiene que señalarlo. Juan juega con los objetos como si fueran palabras. Hace pareados de rima asonante y atronante, paseando por los recursos retóricos como lo hacen los poetas: propone metáforas, como cuando convierte un muelle en el humo de una pipa; dibuja aliteraciones con fichas de dominó; susurra alegorías cuando troca en notas musicales las bridas del electricista, o con los lápices que son las patas de una silla o los colmillos de la calavera...
De estos epigramas objetuales lo que de verdad me atrapa es que no hay concesión a la pomposidad y se mide bien para ser comedido en lo trascendente, no hay recreación innecesaria en la belleza formal que alcanza, sí, pero por la sencillez. En las piezas de Juan hay mucho de juego, en el sentido de lo inteligente pero también en el de la travesura. Esa otra pipa imposible que acaba siendo la pierna de mujer, la pareidolia en la guitarra que corona con una peineta de juguete... todo son travesuras. En las que muchas veces una pequeña obsesión por el azar –los naipes que son pájaros, los dados...– se deja entrever, porque también el azar es juego.
Pero no hagan mucho caso de todo esto. A estas piezas hay que acercarse con la curiosidad de un niño, para descubrir las chanzas que esconden y el espíritu un poco burlón que proponen. Y así es como más se disfrutan.
Álvaro Sobrino
Editor
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España