Descripción de la Exposición
Barcelona, 27 de febrero de 2020. La directora general adjunta de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, Elisa Durán; el director de CaixaForum Barcelona, Lluís Noguera, y el director del Vitra Design Museum y comisario de la exposición, Mateo Kries, han presentado hoy en CaixaForum Barcelona la exposición Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020, que con 285 obras explora la fructífera relación entre el surrealismo y el diseño a lo largo de los últimos cien años.
La muestra forma parte de la programación expositiva consolidada de ”la Caixa” en torno a la arquitectura y el diseño, que va más allá de una aproximación de estilos y periodos históricos concretos. Entre las exposiciones programadas, destacan las dedicadas a grandes figuras como Mies van der Rohe, Le Corbusier, Richard Rogers y Alvar Aalto. Precisamente del arquitecto finlandés también se pudo ver en 2015 una amplia panorámica en colaboración con el Vitra Design Museum en CaixaForum Barcelona.
La exposición, coorganizada por ”la Caixa” y el Vitra Design Museum, es un diálogo entre objetos de diseño y obras de arte que pone de manifiesto ricos paralelismos y conexiones entre ellos. Es una relación de ida y vuelta, ya que el surrealismo se inspiró, en parte, en los objetos cotidianos y en el diseño, pero a su vez, este movimiento artístico impactó en el diseño desde el principio y, en una clara crítica al racionalismo, ayudó a liberarlo del dogma funcionalista según el cual «la forma sigue a la función». Esta influencia, que se inició en los años treinta y se intensificó en especial después de la Segunda Guerra Mundial, sigue estando muy vigente en parte del diseño contemporáneo.
Después de presentarse de manera oficial en 1924 con la publicación del Manifiesto del surrealismo de André Breton, el surrealismo se convirtió rápidamente en un movimiento intelectual y político internacional cuyos miembros provenían de diferentes orígenes y disciplinas, entre ellas, la escritura, el cine y las bellas artes. Los artistas surrealistas utilizaron el subconsciente, los sueños, las obsesiones, el azar y lo irracional para sus creaciones. El surrealismo demostró un especial interés por los objetos cotidianos y los alteró para hacerlos más fantasiosos, oníricos, irónicos, terroríficos o emocionales.
La influencia del surrealismo se extendió por todos los ámbitos del diseño del último siglo: desde el mobiliario y el interiorismo hasta el diseño gráfico, la moda, el cine y la fotografía. En la actualidad, el influjo del surrealismo está muy presente en el diseño. El enfoque subversivo, las imágenes fantásticas y el interés del surrealismo por la psique humana siguen siendo inspiradores para los diseñadores contemporáneos.
La exposición, de carácter multidisciplinar y dividida en cuatro ámbitos temáticos, se propone iluminar ese diálogo creativo fascinante y continuado. Incluye pinturas, esculturas, objetos, carteles, revistas, libros y fotografías, así como películas históricas y vídeos. Entre los artistas y diseñadores expuestos están Marcel Duchamp, René Magritte, Shiro Kuramata, Ray Eames, Carlo Mollino, Gae Aulenti, Claude Cahun, Achille Castiglioni, Man Ray, Giorgio de Chirico, Joan Miró, Le Corbusier, Salvador Dalí, Roberto Matta, Isamu Noguchi y Meret Oppenheim.
Las obras proceden de numerosas colecciones, fundaciones y museos del mundo, como la Fondazione Giorgio e Isa de Chirico, la Fundación Gala-Salvador Dalí, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Museo Casa Mollino, la Fondazione Achille Castiglioni, la Eames Collection LLC, el Design Museum Den Bosch y el propio Vitra Design Museum, donde ya se pudo ver la muestra. Tras su clausura en Barcelona, la exposición Objetos de deseo viajará a CaixaForum Madrid, CaixaForum Sevilla y CaixaForum Palma.
Recorrido de la exposición
Sueños de modernidad
El primero de los cuatro ámbitos se centra en explorar el surrealismo desde la década de los años veinte hasta la década de los cincuenta. En un principio, André Breton y sus compañeros aplicaron los principios surrealistas a la pintura, pero después estos se extendieron a los objetos en una tendencia que, de manera general, se fue ampliando a los muebles y a los interiores, hasta alcanzar la moda y el cine. Muchos diseñadores, críticos con el racionalismo, encontraron en el surrealismo la inspiración para incorporar las emociones humanas, las formas orgánicas y el mundo irracional a los objetos de uso cotidiano.
Los ready-mades de Marcel Duchamp constituyeron una de las principales fuentes de inspiración para artistas como Meret Oppenheim o Salvador Dalí, que establecieron un tipo de escultura totalmente nuevo creando objetos absurdos a partir de materiales y objetos encontrados. Las formas orgánicas creadas por Antoni Gaudí en arquitectura y mobiliario, como su silla de la Casa Calvet, también anticiparon estas prácticas. El ideal de belleza de estos objetos está basado en metáforas como la del poeta francés Lautréamont: «Bella […] como el encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas en una tabla de disección».
El arquitecto Le Corbusier establece una de las primeras relaciones directas entre surrealismo y diseño cuando diseña un apartamento para el coleccionista Carlos de Beistegui a la manera de un collage surrealista, con muebles exuberantes, tapizados brillantes y un conducto de ventilación en forma de periscopio. Dalí también incorpora elementos parecidos en su casa de Portlligat y, en los años treinta, diseña interiores aún más atrevidos, con objetos como el sofá con la forma de los labios de Mae West o el teléfono langosta. La importancia de los objetos en el universo surrealista se hizo evidente en las exposiciones de arte surrealista de los años treinta, muy bien documentadas fotográficamente en esta muestra. Son formas que también aparecen en los óleos surrealistas de Dalí.
Cuando muchos de los surrealistas se ven obligados a emigrar a los Estados Unidos a causa del nazismo y de la guerra, el estilo surrealista empieza a inspirar a diseñadores del otro lado del Atlántico como Ray Eames, Isamu Noguchi o Frederick Kiesler, que diseña la galería Art of this Century, de la mecenas Peggy Guggenheim. El propio Dalí diseña los escaparates de los almacenes Bonwit Teller de Nueva York y crea tejidos, anuncios e incluso escenografías para la película Recuerda, de Alfred Hitchcock.
Imagen y arquetipo
El surrealismo introduce la subversión en la vida cotidiana: ¿Siempre es real lo que vemos? ¿Una cosa debe ser siempre lo que parece? En el segundo ámbito, la exposición explora la manera en que los surrealistas analizan los arquetipos de los objetos cotidianos y minan la importancia del significado establecido de las cosas con la intención de instaurar el absurdo, la confusión y el azar. René Magritte, por ejemplo, encierra en una quesera de vidrio un pequeño óleo con la representación de un trozo de queso. Muchos diseñadores se sirven de estrategias similares, como Achille Castiglione, que realiza diseños basados en la idea del arte encontrado parecidos a los ready-mades de Duchamp: un taburete con sillín de bicicleta o un sombrero que recuerda un molde para tartas. La arquitecta Gae Aulenti hace referencia a la famosa Rueda de bicicleta de 1913 de Duchamp cuando diseña una mesa que se puede desplazar porque está montada sobre ruedas de bicicleta.
Desde los años sesenta, la producción de numerosos tipos de plásticos permitió diseñar muebles con cualquier forma imaginable. Muchas de las piezas de mobiliario creadas por los miembros del movimiento de diseño radical italiano tienen proporciones absurdas y formas fantasiosas, inspiradas directamente en la obra de los surrealistas. Por otro lado, los artistas surrealistas no abandonan el diseño de objetos, como Roberto Matta con la silla MAgriTTA (1970), un homenaje a Magritte, o Man Ray con El testimonio (1971), presidido por un gran ojo que hace referencia al papel del mueble como observador mudo de la vida doméstica. Diseños más contemporáneos han apostado también por la descontextualización y la alienación de lo aparentemente ordinario, como la lámpara con forma de caballo, de 2006, de las diseñadoras Front.
Surrealismo y erotismo
El amor, el erotismo y la sexualidad tuvieron un papel crucial en el surrealismo. Los artistas y los diseñadores inspirados en este movimiento aportaron una alta carga erótica a obras de arte y a diseños de interiores y de mobiliario. El collage de Salvador Dalí La cara de Mae West (1934-1935), que se puede usar como un apartamento surrealista, crea un interiorismo donde las partes individuales reproducen la cara de la actriz. El diseñador, fotógrafo y arquitecto italiano Carlo Mollino adopta estos principios en todos sus trabajos, ya se trate de un sofá en forma de labios, como el del genio ampurdanés, o una mesa inspirada en el cuadro de Dalí Mujer con cabeza de rosas (1935).
Es en este tercer ámbito donde se dedica un apartado a las mujeres, que a diferencia de sus compañeros hombres, toman los motivos considerados propios del erotismo femenino —boca, pechos, cabello y zapatos de tacón— para hacer una crítica a la opresión de la mujer y a los estereotipos de género. Lo hacen, por ejemplo, las subversivas fotografías de Lee Miller y de Dora Maar, y los autorretratos andróginos de Claude Cahun. En el diseño contemporáneo también encontramos ejemplos de esta denuncia, como el Cepillo de pelo (1999) de BLESS, en el cual el pelo hace inservible el objeto.
La moda no ha sido inmune al surrealismo. Artistas como Man Ray o Lee Miller fueron fotógrafos de moda. Dalí y la diseñadora de moda Elsa Schiaparelli colaboraron en diseños como el Vestido esqueleto (1938) y el Vestido langosta (1937), así como en su conocido Sombrero zapato (1937-1938). La influencia del surrealismo en la moda no ha decaído y se hace evidente en las piezas que Rei Kawakubo diseñó para la colección de otoño/invierno de 2007-2008 de la marca Comme des Garçons.
Contrapuesta a la fuerza erótica, la pulsión de muerte y violencia, que tanto interesó a los surrealistas, por ejemplo, en la representación de cuerpos alterados o fragmentados de Hans Bellmer, está presente también en el diseño. Gaetano Pesce crea el sofá con forma de mujer voluptuosa, La Mamma (1969), que invita a sentarse en su regazo, pero juega con la contradicción entre sensualidad y encadenamiento. La diseñadora Wieki Somers diseña una tetera con forma de cráneo de cerdo, un gesto que altera el confort de los objetos domésticos, como ya había hecho la artista Meret Oppenheim.
El pensamiento salvaje
La última parte de la exposición está dedicada a lo que el etnólogo Claude Lévi-Strauss denominaba «pensamiento salvaje», es decir, el interés por lo arcaico, lo fortuito y lo irracional. A este respecto, los surrealistas se inspiraron a menudo en los objetos etnográficos del arte africano, de Oceanía y de los nativos americanos, e incorporaron técnicas que pretendían abrir las puertas del inconsciente y del azar, como hace Max Ernst con sus frottages o como las prácticas de escritura automática y de asociaciones libres. Man Ray fotografía la cabeza de una modelo junto a una máscara africana en una de sus imágenes más emblemáticas, Blanco y negro (1926). En este apartado se ha incluido la pintura El león (1925), de Joan Miró, que pertenece a la Colección ”la Caixa”.
El arte no occidental en combinación con las ideas surrealistas sigue inspirando a muchos diseñadores contemporáneos. Los hermanos brasileños Fernando y Humberto Campana crean objetos escultóricos a partir de materiales encontrados al azar y otros dos hermanos, los franceses Ronan y Erwan Bouroullec, adoptan en sus dibujos la técnica del flujo libre de la conciencia, que conduce a una nueva imaginería de los objetos. En la actualidad, nuevas tecnologías como la impresión digital 3D permiten recuperar en el diseño el factor azar a través de los algoritmos, como el jarrón creado por Audrey Large.
El surrealismo sigue muy presente en muchos trabajos contemporáneos, sobre todo, en obras que utilizan aproximaciones experimentales y especulativas para trastocar nuevas tecnologías y cuestiones sociales, especialmente en el diseño crítico. La obra Diseños para un planeta superpoblado: los recolectores (2009), de Dunne & Raby, reúne una serie de objetos inteligentes del siglo XXI para un futuro distópico que incluyen un elemento irracional. Por otro lado, el lenguaje visual típico del surrealismo se introduce directamente en disciplinas como el videoclip. La cantante islandesa Björk incorpora motivos pictóricos surrealistas en muchos de sus vídeos, como Hidden Place (2010), que muestra una lágrima que recorre el rostro de la cantante como referencia directa a la fotografía de Man Ray Lágrimas (1932). Es una prueba de hasta qué punto ha penetrado en la conciencia colectiva el lenguaje visual del surrealismo.
De Hidrogenesse a Jordi Roca y Oscar Tusquets
Como es habitual, en el marco de la exposición tendrá lugar, el viernes 28 de febrero, una conferencia a cargo del comisario, Mateo Kries, que ofrecerá una amplia mirada y una explicación sobre la relación y el intercambio entre el diseño y el surrealismo. También se sucederá el ciclo de conferencias y talleres Cuando el diseño supera la realidad, con una conferencia a cargo del arquitecto y diseñador Oscar Tusquets, que hablará de la larga relación creativa y de amistad que mantuvo con Salvador Dalí. Así mismo, el diseñador industrial Andreu Carulla y el chef Jordi Roca hablarán de afinidades y correspondencias en sus prácticas creativas y de los sorprendentes resultados derivados.
Además, Sybilla Sorondo, artífice de una de las marcas de ropa españolas más destacadas de los últimos cuarenta años, protagonizará también una conferencia sobre la ficción y la función en sus piezas creativas. Dentro del ciclo, el científico Robert D. Thompson dará herramientas para mirar de forma radicalmente nueva los materiales prohibidos y descubrir que pueden ser utilizados con fines impensables. El dúo de pop electrónico Hidrogenesse ofrecerá un concierto recital de su último trabajo, Joterías bobas, «crítica a la gravedad y terapia contra el desaliento». Disfrazados de Arlequín y Pierrot como homenaje a la pintura de André Derain, el dúo presentará sus nuevas canciones en un espectáculo en el que se desdibujarán los límites entre la realidad y el artificio.
Bajo el título Buenos días. ¿Qué desea?, el Espacio Familiar y Educativo invitará a las familias a trabajar en una tienda de muebles surrealistas donde diseñar y fabricar muebles exclusivos hechos a medida para dar forma a los sueños más anhelados. También se ofrecerán visitas en diferentes formatos y la propuesta familiar Desear + soñar = diseñar, guiada por un mediador en torno a un tema principal de la exposición.
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