Descripción de la Exposición Que sucedió en Tossa sí, pero sin acordarme de cuándo ni tampoco de quién, un día alguien contó: 'Estábamos desenredando los palangres en la esquina de la playa y he aquí que llegaron hombres y mujeres juntos. Bien vestidos y con los zapatos relucientes. Se notaba que eran gente del interior, de tierra adentro. Tanto fue así que mirando al horizonte, hacia la isla, uno de ellos dijo: 'No lo había visto nunca el mar, pero ahora que lo contemplo, Virgen cuanta agua!'. Yo me lo miré y le dije: 'Senyor, pues piense que todavía no ve la que hay debajo'. Cuántas cosas escritas sobre la piel azulada!. Cuántas cosas se han montado y desmontado sobre la piel azulada!. Cuántas historias de amor y sentimiento y cuántas por el contrario, de banales y llenas de intereses sin entrañas!. La vida ha sido intensa sobre los pliegues azulados y, a la vez, ha sido también una insípida obra de teatro la que ha cogido, en demasiadas ocasiones, su paisaje por escenario. La broma del pescador diciendo al personaje de tierra adentro que sólo ve la piel desconociendo todo lo que debajo esconde, se convierte en un símbolo que, en mi caso, induce a una seria reflexión. Para muchos, mi obra y su compromiso, desde los años setenta hasta ahora, se ha comprendido poco. Para otros, és comprensible solamente como crítica a la desaparición de un paraíso quizás imaginario en parte o exagerado en su totalidad, una crítica a un paisaje ahora destrozado, a un mercantilismo profundo, a una carrera alocada hacia una meta material con el mínimo porcentaje de moralidad...Reconozco que algo de esto está, o al menos que algo de esto también me ha motivado. Lo que busco, sin embargo, no es material, sino la continuidad de unos valores que no tan sólo conocí, sino que amé en otros momentos y que se han diluido junto con el paso del tiempo i el adiós de muchas personas. De la misma forma que el poso en la cuba sirve a la fermentación, necesito levantar la piel del azul para encontrar el sedimento que me falta: el penetrante olor del alquitrán reblandecido por el sol, el aroma en el alga reseca, el ácido vinagre en el hinojo marino... el yodo en la lapa. Me falta la imagen de la barca orlada con los colores de la familia, de las ventanas irisadas, de las puertas abiertas en desmesura... Me falta, sobre todo, entre el desaparecido bosque de estacas, encontrar la pisada del pie desnudo que el polvo del olvido ha ido borrando. Vamos a dejar que nos envuelvan de nuevo las nubes coloreadas y que de aquellas barcas acudan sus maderos a nuestros sueños. Quizás nos convendría volver a acurrucarnos bajo la piel azul y dejar que, por encima, el mundo continúe interpretando su impersonal historia.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España