Descripción de la Exposición La presencia de Gustavo López Armentía en el panorama del arte argentino de los últimos 30 años ha sido tan singular como persistente. Su inconfundible imagen, y su adopción con pareja eficacia de formatos tan exigentes en su diversidad como la pintura, las instalaciones y la opciones gráficas, lo revelan como dueño de un lenguaje fértil, sólido y en permanente expansión, así como de una escena que combina con igual elocuencia la sugestión, la ironía y una sesgada vocación narrativa. Para esta incursión en La Línea Piensa, López Armentía elige un campo de dibujo que se extiende dinámico entre ensombrecidas siluetas crípticas, pasando por aquellas elaboradas con poderosa síntesis de rasgos, y las proteicas figuras de atribulado cuerpo lineal, a mitad de camino entre la alusión anatómica y el registro sensible y crudo del motivo, siempre evasivo y de una esencialidad reseca, nunca demasiado revelador ni explícito. Los personajes se acomodan como pueden en el ambiguo dramatismo que el autor les confiere, balbuceando gestos que aluden a acciones o situaciones pero que apenas configuran los bosquejos de una coreografía deliberadamente primaria, de poses que tienen de elocuentes apenas una cáscara, y que se vinculan en el marmóreo terreno de la superficie del plano - según el sobrio trabajo textural que López Armentía fogonea sutilmente - como maniquíes residuales, hechos a golpes de trazos, y que desmembran la predominancia figurativa en el escueto manierismo gestual y postural. Desde luego que en este sediento teatro los actores de López Armentía se ubican insertos en un módico mundo de elementos claramente connotados y referenciales - bancos de plaza, periódicos, mapas, árboles - pero la presencia de esta utilería parece más propia de una escenografía para un montaje de Beckett que un aporte de datos concisos para una lógica de lectura. Del mismo modo, las cabezas y figuras borroneadas, que parecen quemadas en el papel o en el muro, o bien rasgadas en la crispación de un garabato intensamente expresivo, nos interpelan frontalmente aunque sin perder su ropaje de inquietante fantasmagoría; un desfile mudo y congelado que en su desnudez, en su distanciamiento crítico, nos acomete, sin embargo, como un síntoma inequívocamente familiar.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España