Descripción de la Exposición
Notas de performance (2021) retoma la documentación fotográfica de un ejercicio performativo que ocurrió en 2018 en donde se exploraron colores utilizados en la escritura, la relación entre cuerpas y elementos de la vida cotidiana. La experiencia y memoria de una acción pasada reaparece en fragmentos de materia, cuerpa y virtualidad, cuyas escalas se amplifican por medio de proyecciones en tiempo real de imágenes en movimiento.
Una breve marca, señal, palabra, acción, gesto o imagen, esas notas que se quedan entre papel, memoria y cuerpa.
Caminar frente a una pantalla transparente, tomarse tiempo para respirar y recordar las siluetas en negro, rojo y azul. Las negras con la mano arriba en forma de “S” o “X”, las rojas marcando una intensidad rítmica y las azules expandiéndose en la espacia hasta transformar la pantalla completa a azul. Recordar el dibujo de donde partió la acción. Esas siluetas flotantes muestran un desplazamiento, una serie de movimientos entre los ritmos y las pausas. En un juego de luz y sombra con una cuerpa que camina y filma. La cuerpa filma, desplaza la cámara y el encuadre se mueve con ella, con una cámara de celular que va de tripie a tripie, siendo sostenida y manipulada por las manos. La cuerpa elige como ser representada, ella elige el encuadre, se apropia de su imagen.
Sobre la pantalla color azul abrir el sobre. Dejar caer las letras de la sopa, enfocar, encontrar el orden entre ellas hasta lograr construir la frase “comenzó siendo un dibujo”. Moverse mientras el sonido de campanas agudas reverberan, tomando forma dejando eco. Enfocar el pizarrón y con gis trazar la incertidumbre acerca de los encuentros entre dibujo, escritura y acción. Mostrar la bitácora llena de notas con letra incomprensible y dibujos ansiosos de servilleta. Aparecen letras “A” elásticas y sólidas con movimiento. Mostrar la fotografía Espacio, mostrar los detalles, la ropa de los tres colores azul, negro y rojo. Los elementos en la imagen toman forma de letras y cambian su escala: de micro a macro. Unos botines de color rojo de dos centímetros aparecen, siendo una imagen de dos metros en la proyección. La frecuencia del color rojo es acelerada y la música suena con un ritmo pop. Aparece la fotografía Acción con Nabil, Santiago y Mónica. La tela es una red roja que deja ver sombras en la pantalla. Su transparencia permite a la vez la saturación, cuando están encimadas y la invisibilidad cuando está plana. La tela es como un fragmento matérico de la experiencia pasada.
De la realidad a la imagen, aparecen elementos en lentejuela que caen como una cascada de sonido y brillo rojo, adoptando la fluidez de un líquido espeso con un sonido de plástico. Tres personajes a gran escala son presentades, el pie de Mónica firme en el suelo, Nabil en forma triangular con los brazos listos para una movimienta veloz y Santiago en una espiral sostenida por toda la estructura de su esqueleto. Envolver la imagen en una malla roja que remite al cosmos: entre materia y recuerdo.
Aparece la fotografía Elementos en rojo que muestra una de las instalaciones efímeras que ocurrieron en el 2018. Como olas de energía, los objetos fueron cambiando en la espacia. En rojo estaban: botín satinado, paraguas, tela, lentejuelas, amapola de plástico. Composición y poesía con objetos: movimienta y cuerpas. Girar la imagen, rápido, porque la frecuencia del rojo es veloz. El rojo puede hacerte sentir bien.
Tomar la fotografía Elementos en tres colores y transportarla debajo del brazo, en el recuerdo quedan los ecos de habitar y cambiar el color diciendo negro, azul, azul, rojo, azul, azul, rojo, azul, negro, negro, rojo, negro. Tomar la cámara del celular. Usar unos lentes oscuros con un patrón felino. Llevar la identidad al anonimato. Filmar el espacio, la audiencia, lo que ha quedado, la huella. Llegar a un tercer tripie que apunta al suelo junto con tres marcadores permanentes de color rojo, azul y negro. Colocar el celular en el tripie. Alzar la fotografía a lo alto con los dos brazos extendidos. Compartirla con quienes están ahí presentes en tiempo y espacio.
Lentamente acercarse al piso, incorporarse a la virtualidad de la pantalla. Entrar a una dimensión que duplica la imagen. La cuerpa está ahí y se proyecta con una escala mayor a la real. El tamaño aumenta, la presencia está ahí en cuerpa y luz de proyección en una perspectiva cenital. En la pantalla la cuerpa se distorsiona. El rostro está cubierto por un cubrebocas negro como parte de la “nueva normalidad” y unos lentes oscuros. Tomar los tres plumones. Imaginar líneas en círculos frente a la pantalla, como un dibujo instantáneo por el aire, como líneas de lápiz multicolor. Seleccionar un color, el rojo, intenso rojo. Acercar la punta del dedo índice que apunta a la cámara. Con un pulso que tiembla marcar el inicio de una línea que escurre en la punta del índice y dejarla correr en el ritmo zigzagueante del pulso. Dejar que la línea siga y cruce por la cuerpa. De pronto la línea se hace letra, se escribe “cuerpa” con una letra desbordada, sin proporción, sin orden. En un brazo aparece la palabra “archiva”. La cuerpa como archiva y viceversa, archiva y cuerpa como intrínsecas.
Las palabras se sobreponen en el vientre, una palabra encimada que dice cuerparchicuerpva, cuerpa en el brazo archiva en el muslo y con ellas las líneas los colores y el dibujo. La mano con un pulso tembloroso sigue escribiendo hasta que la música de burbujas eléctricas se desvanecen. Las palabras tienen movimiento cuando la cuerpa respira profundamente, el vientre inhala y exhala, las letras se mueven con el vientre y la respiración.
La cuerpa lentamente sale del cuadro de la cámara, sale de la virtualidad y la amplificación. Se queda la cuerpa en su escala, lentamente se va junto con la música de burbujas eléctricas y ahí queda la presencia de las cuerpas que miran, la evidencia del archivo que recuerda.
—Texto por Michelle Sáenz Burrola
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España