En Northamerica, Mexico y Canadá se encuentran en un gimnasio multifuncional que es también sala de estar, donde, sobre todo, son al mismo tiempo casa e invitado. Las formas de la cancha y las reglas del juego se dibujan con la misma arbitrariedad y certeza con que se define qué abarca y qué queda fuera de un continente. El objetivo es poner estas paradojas a la disposición del visitante como material de small-talk intrascendente mas ultra-concluyente: Norteamérica es México, México es Norteamérica. Así quedan sentadas las bases para una cascarita diplomática en vista a hacer las paces con las posibilidades del arte por el arte. Northamerica parte de la lógica del feeling para desdoblar los alcances y límites de la política exterior bajo sospecha de que no vamos a ganar, pero vamos a hacer lo mejor posible.