Descripción de la Exposición
Valencia (3.7.24). El Institut València d’Art Modern (IVAM) presenta la exposición ‘Nobosudru, el devenir icono de una mujer mangbetu. De la imagen visual a la materialidad de la imagen’. La exposición radiografía la imagen fotográfica de Nobosudru, una mujer mangbetu, tomada en la década de 1920 en el Congo y convertida en icono del África Negra.
La exposición, que se inaugura este jueves, 4 de julio, en el IVAM Centre Julio González, ha sido presentada por la directora adjunta del IVAM, Sonia Martínez y por los comisarios de la muestra Hasan G. López Sanz y Nicolás Sánchez Durá.
“Esta exposición sería una suerte de caso de estudio de una imagen tomada por George Specht y León Poirier en la parte nororiental del Congo, un territorio habitado por los mangbetu, hace hoy alrededor de un siglo”, ha explicado Sonia Martínez. “La imagen de Nobosudru es una imagen producida, manipulada y tomada más tarde como un signo étnico de todas las mujeres mangbetu y como un icono del África colonial”, declaró la directora adjunta.
Specht y Poirier eran los responsables de las tomas fotográficas y cinematográficas de la famosa travesía automovilística Citroën, conocida como La Croisière Noire (1924-1925), uno de los raids automovilísticos más famosos de la década de 1920. Este raid recorrió aproximadamente 28.000 kilómetros de norte a sur del continente africano. “Su legado incluye un total de 8.000 fotografías, 27.000 metros de película y 15 álbumes de dibujos”, explicó Sonia Martínez.
La exposición, que se exhibe hasta el 8 de diciembre, reúne alrededor de 80 piezas que muestran cómo la imagen de Nobosudru se utilizó en los más diversos contextos y en usos dispares. Desde el positivado en papel en un álbum de memoria y la difusión del documental cinematográfico de la expedición, pasando por su reproducción en textos etnológicos, sellos, postales, la propaganda de productos de consumo, como en los anuncios de cajetillas de tabaco, en artes decorativas con escultores importantes como François Bazin, moda, joyas o bisutería.
Sonia Martínez recordó que la imagen de Nobosudru “ha llegado hasta la actualidad, al arte contemporáneo o a productos audiovisuales de masas como podría ser la película de Marvel, ‘Black Panther’, y el personaje de la gran madre, Shaka”.
Hasan G. López Sanz ha manifestado que “la imagen de Nobosudru con su característico tocado, que solo era un marcador de estatus, fue falsamente tomada como un signo étnico de todas las mujeres mangbetu”. Su imagen de perfil, donde la pose revela un cuello exageradamente alargado dispuesto por el fotógrafo para la toma, estaba influenciada por el orientalismo y por el naturalismo ya que eran los inicios de los estudios etnológicos. Esta imagen se convirtió en un icono del África Negra.
“Para entender una imagen, no busques el significado, busca el uso”, ha sentenciado Nicolás Sánchez Durá. “Con su uso en los distintos contextos la semántica de la imagen varía. Y esa es la razón por la que una imagen de estirpe colonial como esta puede ser en otros contextos empleada para fines totalmente distintos”.
Para Sánchez Durá el retrato de la mujer mangbetu, que en origen tuvo un significado etnológico, como se puede ver en las primeras publicaciones, tuvo también “un significado propagandístico del colonialismo además de publicitario, un significado derivado de la apropiación de esa imagen por parte del arte contemporáneo; incluso usos que tienen que ver con la afirmación política anticolonial”. La misma imagen tiene “una dimensión política implícita, que es la colonial, y una dimensión política explícita, que es anticolonial, y eso depende del contexto de uso”, ha aseverado.
Así, la pluralidad de usos supuso tanto la repetición de la imagen en distintos soportes materiales, como su mutación formal y semántica. “Que esa imagen colonial prosiga su viaje, cuando abunda la crítica del colonialismo, quizá se explique por una actitud ambivalente que mezcla en proporciones variables tanto el rechazo de aquel periodo, cuanto una cierta melancolía”, aclaró Hasán López.
Las obras de la muestra proceden en su mayoría del Musée du Quai Branly de París, así como de otras instituciones y colecciones privadas, y se exhiben junto con abundante documentación proveniente de numerosos archivos y museos.
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La exposición cuenta con obra procedente principalmente del Musée du Quai Branly – Jacques Chirac, París; además de la Biblioteca Histórica de la Universitat de València; Terra Foundation for American Art, París; Le Musée national de l’Education, Rouen; National Loterij, Bruselas; Groupe de Recherche ACHAC; Musée des Années Trente, Mairie Boulogne- Billancourt; KBR, Royal Belgian Library, Brussels; Bibliothèque Forney, Paris; Ministère de l’Economie, des Finances et dela souveraineté industrielle et numérique, Savigny-le-Temple; Biblioteca Nacional de Francia; National Library of Sweden; Beinecke Rare Book & Manuscript Library, Yale University; Colección James Zang, Lisboa.
En esta exposición se explora el devenir de una imagen tomada por G. Specht y L. Poirier en la parte nororiental del Congo, un territorio habitado por los mangbetu. Ambos eran los responsables de las tomas fotográficas y cinematográficas de la famosa travesía automovilística Citroën, conocida como La Croisière Noire (1924-1925).
En Francia, en la década de los años 20-30 se llevaron a cabo numerosos raids automovilísticos que también tenían como propósito la publicidad de las propias marcas en cuanto prodigios técnicos y civilizadores. Dirigida por G. M. Haardt y L. Audoin-Dubreuil, La Croisière Noire Citröen recorrió aproximadamente 28.000 kilómetros de norte a sur del continente africano, desde Colomb Bechard (Argelia) hasta Ciudad de El Cabo. En su recorrido reunió un total de 8.000 fotografías, 27.000 metros de película, 15 álbumes de dibujos, 300 mamíferos más tarde disecados, 800 pájaros y 15.000 insectos.
Sin embargo, no fue esa la primera expedición europea que contactó con el pueblo mangbetu. Entre otras, de carácter netamente etnológico, la precedieron las del botánico Georg Schweinfurth (1870) y la Congo Expedition (1909-1915) del zoólogo Herbert Lang, organizada por el American Museum of Natural History de Nueva York.
Muy pronto, la imagen de Nobosudru con su característico tocado, que solo era un marcador de estatus, fue falsamente tomada como un signo étnico de todas las mujeres mangbetu. Su imagen de perfil, donde la pose revela un cuello exageradamente alongado dispuesto por el fotógrafo para la toma, se convirtió en un icono del África Negra utilizado posteriormente en los más diversos contextos sociales.
La exposición permite al visitante comprobar la cantidad de usos distintos que se le dio a esta imagen, a partir de una abundante documentación proveniente de numerosos archivos y museos principalmente europeos como del Musée du Quai Branly – Jacques Chirac (París) así como colecciones privadas. Se exhiben alrededor de 80 piezas, desde el positivado en papel en un álbum de memoria y la difusión del documental cinematográf ico de la expedición, pasando por su reproducción en textos etnológicos, sellos, postales, la propaganda de productos de consumo, la pintura decorativa, moda, joyas y bisutería, sin olvidar la producción de los más variados bibelots, hasta distintos episodios de afirmación política e identitaria de la negritud y el arte contemporáneo, incluido el cine.
Así, la pluralidad de usos supuso tanto la repetición de la imagen en distintos soportes materiales, como su mutación formal y semántica. Que esa imagen colonial prosiga su viaje, cuando abunda la crítica del colonialismo, quizá se explique por una actitud ambivalente que mezcla en proporciones variables tanto el rechazo de aquel periodo, cuanto una cierta melancolía. A través de la condensación y el desplazamiento, mecanismos propios de la elaboración onírica, Nobosudru sigue siendo un campo simbólico donde, hoy como ayer, las expresiones de distintas post-memorias rivalizan.
SECCIÓN 1
Algunos de los documentos próximos al retorno de la expedición se refieren a la mujer mangbetu como Nobosudru; es el caso del pie de foto de la imagen que se publicó en el libro La Croisière Noire. Sin embargo, la leyenda de la misma imagen incluida en el álbum de memoria de la expedición la llama «Uru». Sea este el síntoma de un contexto en el que la objetivación exotista ocluye el reconocimiento y la identidad de las personas cuando son reducidas a tipologías étnicas. Momento fundamental de esta reducción tipológica es la transición de la imagen de perfil de Nobosudru desde el álbum de memoria de la expedición, a la fototeca del Museo del Hombre de París. Al someterse a la codificación archivística, la misma imagen sufre una transformación decisiva: así clasificada adquiere un aura de objetividad pura en tanto ítem de la categoría «Tipos, vestimentas y tocados ». Así acreditada y autorizada, la imagen se reprodujo como ilustración en numerosas obras científicas y de divulgación etnológica.
SECCIÓN 2
Más allá de su uso etnológico, la imagen de Nobosudru sufrió un proceso acelerado de estetización. A ello contribuyó su conversión en mercancía debida a la producción de objetos de consumo, su empleo en el diseño gráfico de la publicidad colonial y su uso como motivo pictórico o decorativo. No menor relevancia tuvo cómo fue utilizada en el campo de la moda. Pero en el mismo ámbito de lo estético, el icono de la mujer mangbetu tuvo sentidos totalmente opuestos. La diseñadora Agnès af irmó: «He pensado que si estas negras, a menudo tan feas, se embellecen con estos atractivos peinados, qué encantadoras estarán nuestras parisinas cuando estos mismos peinados sean atenuados y adaptados a su tipo». A esta perspectiva racista se opone la dimensión crítica de la artista Carrie Mae Weems cuya obra, a partir de archivos fotográficos antropológicos, muestra las formas estereotipadas de representación de los africanos convertidos en un «un tipo negroide», «un debate antropológico», una «mami» o un «tío Tom». Weems resignifica las fotografías enfatizando su carácter mistificador y cuestiona el relato que las legitima: la antropología sociocultural, especialmente de corte evolucionista, el discurso por excelencia de justificación del dominio colonial.
SECCIÓN 3
El icono de la mujer mangbetu siempre tuvo una dimensión política, desde la implícita legitimación colonial, hasta la explícita movilización contra su legado racista. Es el caso del uso de la imagen de Nobosudru en la portada de la revista académica y cultural Oportunity (1923), asociada al movimiento Harlem Renaissance, cuyo propósito era reivindicar la creación artística de la población afroamericana. El perfil estereotipado de Nobosudru se resignifica combativamente en un contexto de afirmación cultural e identitaria opuesto al original. La imagen pierde así su carga exotista y se convierte paradójicamente en un nuevo significante cuyo sentido es acorde con el horizonte de guerra cultural en el que se inscribe. Por otra parte, este uso político también ha adoptado estrategias irónicas o carnavalescas. Es el caso de la película de Marvel Black Panther (2018) basada en el cómic homónimo. En la película, numerosos rasgos diacríticos de las diferentes etnias africanas son voluntariamente descontextualizados, satirizados y subvertidos. Pero no solo se altera el orden jerárquico ordinario, sino también algunas instituciones estereotipadamente atribuidas a las poblaciones negroafricanas (el canibalismo, la supuesta prevalencia del pensamiento mágico, etcétera). El personaje de Shaka, la reina madre, es una nueva reelaboración del icono de la mujer mangbetu que remite no solo visualmente a la famosa reina Nenzima, sino a una larga cadena textual que la considera una verdadera y poderosa jefa mangbetu.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España